«Pinto mujeres porque me fascinan y llenan de alegría»

TEXTO: MONTSE GARCÍA

FUGAS

XOAN A. SOLER

Se pasa el día trabajando con mujeres. Es matrona y, cuando se introduce en su estudio de pintura, son las protagonistas de gran parte de sus obras

09 mar 2018 . Actualizado a las 05:15 h.

Nunca se planteó cambiar. Siempre apostó por el pop art. «Son gustos de vieja roquera», dice Marisa Martorell (Santiago, 1958) con una sonrisa. «No me planteo retos filosóficos, me pongo a pintar para disfrutar», añade. Y lo que aparece en los cuadros son figuras femeninas poderosas: «Las mujeres son muy fuertes, las más fuertes, las que pandan con todos los problemas». Habla con conocimiento de causa. Si la pintura es una de sus pasiones, la otra es su trabajo como matrona, con el que también disfruta esta artista que emana alegría.

-Ya empezó a pintar desde pequeña.

-Sí, fue una vocación temprana. Tuve un accidente y estuve ingresada con tres años. No sabía leer y me traían muchos cuentos, y a través de los dibujos me evadía de estar allí. Creo que la raíz de por qué dibujar es esa.

-Las mujeres protagonizan la mayor parte de su obra, ¿por qué?

-Trabajo con mujeres todo el día. La actitud y la cara femenina, la expresión y los cuerpos femeninos me gustan mucho. En realidad, busco a la mujer porque me fascina y me llena de alegría y felicidad. Necesito pintar para estar feliz, no puedo hacerlo incomodando. Hay quien es capaz de vomitar sus demonios en un lienzo, yo tengo que buscar mi felicidad en el hecho de pintar. Pinto para disfrutar.

-Y son mujeres poderosas.

-Para mí, los caracteres secundarios femeninos representan poder. En muchas culturas las mujeres son tapadas con burka y en la nuestra son aniñadas; tampoco está bien que resaltes los caracteres sexuales secundarios, hay una tendencia a que los atenúes por miedo a que te consideren un objeto.

-Entonces, su trabajo como matrona influye mucho en esta perspectiva.

-Totalmente. Una amiga me dijo que yo al estar cerca de la vida y de la fertilidad de las mujeres madres recibía un montón de energía que luego salía en los colores de mis cuadros, y estoy de acuerdo. Creo que son muy optimistas, que están llenos de esa fuerza.

-Pero en sus creaciones también hay ciudades, grupos musicales.

-Soy de la generación de los 80, entonces algo importante son mis propios mitos, tanto los Rolling, como los Beatles... Eso está directamente con el tamaño de las obras. Soy de la generación del póster, de la cultura pop, donde todas las revistas traían un desplegable.

-¿Por qué optó por el pop art?

-Me gusta mucho el cómic. Toda mi infancia y adolescencia parte de eso, era consumidora ávida de cómics. Va innato a mi generación. Todo esto influye en tus patrones a la hora de pintar y lo que buscas.

-Andy Warhol, Lichtenstein...

-Sí, son mis referentes, aunque cuando era pequeña, fueron los ilustradores. Lo que hago con mi pintura es para que guste, es estético y para que disfrutes de ella, no busco cambiar el mundo con ello, no pretendo filosofar. Se trata de una necesidad expresiva que tiene una finalidad estética y plástica.

-Sus creaciones se han convertido en bolsos y otras prendas, ¿qué le llevó a crear esta línea de productos?

-Popularizar la pintura. La gente aprende a comprar de todo menos a comprar arte. Entonces, fue ponerlo a unos precios económicos, decir: ‘cuélgalo del hombro y sácalo a la calle’; fue hacerlo asequible y que la gente aprendiera a comprar porque no son repetidos, porque se trata de una obra única, que puedes coleccionar... Es tener una relación con la pintura más llana, más directa. Nosotros usamos la ropa como una forma de comunicación y expresión. Es como una galería andante poder ver tus cuadros caminando por Santiago. Las obras y las cosas que hacemos deben ser disfrutadas y no estar encerradas en museos.

INSPIRACIÓN

Marisa Martorell se inspira en imágenes de su infancia, como cuando acudía con su madre a la peluquería. También deja patente en su obra su pasión por el cómic (izquierda).