Esposos (por un tiempo) y novelistas

La Voz

FUGAS

22 sep 2017 . Actualizado a las 05:30 h.

Ambos son estrictamente británicos, no solo por su lugar de nacimiento, sino, especialmente, por el acento de su literatura. Son Elizabeth Jane Howard (Londres, 1923-Suffolk, 2014) y Kingsley William Amis (Londres, 1922-1995). Se conocieron en el Cheltenham Literary Festival y su affaire provocó el primer divorcio de Amis. Enseguida se casaron, y así permanecieron entre 1965 y 1983. Para ella fue su tercer matrimonio. Ahí, en buena medida, terminan las coincidencias, salvo que ahora los avatares editoriales hacen que la reciente llegada al castellano de la mano del sello Siruela del primer volumen de las Crónicas de los Cazalet (Los años ligeros, 1990) salude la aparición, el pasado lunes, en el catálogo de Impedimenta, de Stanley y las mujeres, novela que, por cierto, Amis publicó nada más separarse de Howard. Para ella es casi un debut, ya que, con la excepción de Igual que el mar (Seix Barral, 1962), su obra permanecía inédita en castellano. El padre de Martin Amis ha tenido mejor suerte, y últimamente se está poniendo orden en su producción, al tiempo que se rescata la de su amigo Philip Larkin, o la de Alan Sillitoe, y crece el prestigio de aquella generación de los Angry Young Men [Jóvenes airados]. Es más, el precioso volumen de los Cuentos completos preparado también por Impedimenta va ya por la cuarta edición y su hilarante y dipsomaníaco Sobrebeber (Malpaso), por la segunda.

En todo caso, por recuperar el hilo, los cáñamos de Howard y Amis son diametralmente diferentes. Si puede hablarse de ambas obras como enmarcadas en sus respectivas fases de madurez, en el relato de Howard, aunque no exento de humor e ironía, prevalecen la elegancia y ese encanto [charm] tan british, mientras en Amis triunfan el vitriolo, la provocación y quizá el juego de la venganza. La primera entrega de la saga de los Cazalet es un trabajo minucioso, lleno de inteligencia y sensibilidad, atento al detalle, que cuenta la vida de una familia de clase alta en los años de entreguerras 1937 y 1938, y sobre cuyo ambiente benéfico pesa aún la sombra de la trágica experiencia de la Gran Guerra. La BBC adaptó la historia para la televisión, aunque no llegó a estrenarse en España, pero el lector podría hacerse una vaga idea del tono narrativo si piensa en la popularísima serie Downton Abbey.

Nada que ver, en cualquier caso, con el ámbito y las intenciones de Amis, que, pese a moverse en un entorno familiar, maneja unas circunstancias y un tiempo (el tatcherismo) bien distintos. Centra su atención en cómo estalla la vida de Stanley con la irrupción enloquecida de su hijo (fruto de un matrimonio anterior) en la muelle existencia que disfruta con su esposa, Susan, reputada escritora. El que Stanley esté rodeado de mujeres no parece ayudar a que la crisis amaine. Atención al dato: el libro lo escribe coincidiendo con su muy tenso divorcio de la exactriz, exmodelo y novelista Elizabeth Jane Howard.

Un cámara de la BBC graba la entrevista que el locutor Alan Whicker realiza a Howard y su esposo, Amis, en su casa de Maida Vale (Londres) para el episodio «The stresses of divorce» (1966) del popular programa televisivo «Whicker’s World». El filme investiga sobre los matrimonios y divorcios de dos mujeres: la escritora Howard y la modelo Sandra Paul.