Daddy Yankee: «Cuando subo a escena soy el fuego del Caribe»

Javier Becerra
Javier Becerra A CORUÑA

FUGAS

cedida

Con la «Gasolina» inoculó el virus del reguetón en España. Hace unos meses demostró cantando el «Despacito» con Luis Fonsi que sigue en la cresta de la ola. Viene a Galicia dentro del Partysongo y advierte: será una gran fiesta

30 jun 2017 . Actualizado a las 11:48 h.

En el pasaporte se llama Ramón Luis Ayala. Pero en el escenario se le conoce como Daddy Yankee. Porta corona real. Es el monarca del reguetón. Lleva perreando desde la década pasada, cuando el género se cocía en las calles de Panamá y Puerto Rico. Hoy es un número uno, exhortando al baile y enloqueciendo la pista. La semana que viene estará junto a Orishas, Fuego y Maikel Delacalle en el Partysongo (A Coruña, Expocoruña, 6 de julio. 40 euros entrada general).

-¿Se siente un chamán en el escenario dirigiendo el baile colectivo?

-[Risas] No, para nada. Pero hay algo que no puedo controlar, una vez que estoy en tarima. Soy el fuego del Caribe cuando subo al escenario. Ahí sale una personalidad mía diferente. Es ese fuego. Y hace que todo sea baile. Cuando me lo piden por la calle es imposible que lo tenga. Pero en el escenario explota, conecta con la gente y luego, al bajar, se apaga todo.

-¿Entendería la música sin baile?

-No, en el Caribe no.

-En España lo conocimos por la «Gasolina». ¿Qué es para usted?

-Mi bandera, sin duda alguna. Es mi himno musical. Gracias a ella me di a conocer en el mundo entero. Estoy muy agradecido de contar con un himno de ese calibre mundial. Todos los artistas grandes tienen un tema con el que se les puede identificar. Michael Jackson tiene Thriller y Madonna, Like a Virgin. Te acuerdas de esos artistas por esos temas. Pues cuando pienses en Daddy Yankee, pensarás en la Gasolina.

-Con esa canción se empezó a «perrear» en España. ¿Se hace bien o queda mucho por aprender?

-No, he visto ya que el cambio ha sido bien grande [risas]. Desde entonces la gente ha aprendido mucho más sobre reguetón. Al principio todo el mundo brincaba y brincaba. Yo decía: «¡Uau!». Pero se ve que se ha aprendido mucha cultura del reguetón y si se baila se hace dentro del flow. Hay clases de reguetón. Hay coreógrafas profesionales. Incluso hay quien lo usa para hacer ejercicio. No tiene límites.

-Cuando irrumpió el reguetón chocaba por lo sexual y desafiante que era. ¿Notaban que los españoles nos quedábamos boquiabiertos?

-El reguetón es muy gráfico y muy explícito. Los medios lo explotaron. Es normal para la televisión. Pero el reguetón es como tú lo quieras bailar. Puedes incluso bailarlo solo. Por eso ha gustado tanto.

-El origen del género es callejero. Hoy se arriman a él artistas pop como Shakira o Enrique Iglesias. Es una fórmula de éxito. ¿Ha perdido autenticidad por el camino?

-La música siempre tiene que moverse hacia adelante y ser progresiva. Una cosa que hay que resaltar es que la industria no cambió al reguetón, es el reguetón el que cambió a la industria. Son cosas muy diferentes. Nosotros estamos aquí a petición popular. El público lo quiere. No sé si hay algún otro género en los últimos tiempos que haya mostrado más resistencia. Lo dudo.

-En medio de esto sale el «Despacito», que interpreta usted junto a Luis Fonsi y que está en todas partes. ¿Se puede ir más allá de eso?

-Si yo le dijera que hay un tope, le estaría mintiendo. Podemos lograr eso y más. ¿Cuándo será? No lo sé. Pero si no somos nosotros, vendrá otra persona a hacerlo.

-¿Cuando terminaron de grabar la canción sabían que tenían un hit?

-Fue una sorpresa total. Escribimos la canción sin pensar que iba a ser un crossover, que lo iba a cantar todo el mundo. Sí teníamos la intuición de que había algo especial. Sabíamos que nunca se había hecho un reguetón utilizando los instrumentos folclóricos de nuestro país. El instrumento principal del Despacito es el cuatro puertorriqueño, una guitarra folclórica propia. Además, el tema tiene cambios de cumbia. Hay muchas cosas en Despacito. Entonces, tienes un artista de pop que hace tremendas melodías. Tienes un artista urbano que tiene fuego en los versos. Y luego hay matices y colores dentro del tema que lo hacen muy interesante.

-En sus últimas entrevistas encuentro varios titulares en los que niega ser machista. ¿Van machismo y reguetón de la mano?

-No, pero creo que ese estereotipo nos va a perseguir siempre. Es una etiqueta creada y desligarse de eso cuesta. Es como si piensas que los roqueros son diabólicos o algo así. Son las personas que no conocen la profundidad del género quienes lo dicen.

-¿Piensa que si fueran a un concierto suyo cambiarían de opinión?

-Le aseguro que sí. La gente va a verme con una idea y sale con otra. He ganado muchos fanáticos en directo. El actuar para mí es una formula grande de convencer.