-Usted se separó amistosamente de Ariadna Gil, con la que se lleva muy bien, lo que a mucha gente le extraña.
-Incluso amigos míos me dicen: «Pero seguís trabajando juntos, seguís viendo a las respectivas familias» y yo les digo: «Pero si he vivido 18 años con ella y tenemos dos hijos...». Lo raro debería ser que de pronto pases a odiar a la persona con la que has vivido.
-Dedica la novela a su hermano Fernando tras las críticas y el boicot a su película «La reina de España» por decir que no se sentía español ni cinco minutos. ¿Usted piensa igual?
-Mi hermano y yo discutimos sobre este tema desde hace años. Yo sostengo que es irrenunciable tu origen, tu nacionalidad, tu patria, porque se filtra en tu lengua, en tu forma de ser, en muchos elementos. Cuando Fernando dijo eso, yo le dije que estaba totalmente en desacuerdo, pero él lo piensa sinceramente y no lo hace para ofender a nadie. No concibe el mundo con nacionalidades, ha inventado un país muy curioso, con su música, sus películas y sus escritores favoritos, que en algunos aspectos es una ensoñación. Lo que quería decir es que no lucharía en ninguna guerra, que no se dejaría engañar por las banderas. Era una crítica al nacionalismo.
-¿Qué le pareció el boicot?
-Eso es fascismo. Yo no estoy de acuerdo con los boicots, me pareció fatal el boicot de los productos catalanes, horrible boicotear a un cantante de hip-hop israelí por querer castigar a Israel, ridículo que un tipo de Podemos quisiera que no compráramos Coca-Cola mientras él la bebía. Me recuerda demasiado a la estrella de David pintada en los escaparates de las tiendas de los judíos.
-Los jóvenes apenas leen, de los planes de estudio quitan las humanidades. ¿Hacia dónde vamos?
-Una vez fui a una reunión con un amigo para elegir el colegio de mis hijos y él preguntó qué educación artística daban y la directora le contestó: «Aquí no queremos al próximo Picasso, sino al próximo director del FMI», que entonces era Rato y luego Strauss-Kahn y Lagarde. Que Picasso, Goya, Velázquez o Cervantes sean españoles es lo mejor que nos ha pasado, ninguna batalla ha significado más para la patria que ellos. Don Quijote ha hecho mucho más por España que cualquier rey o líder político. Ahora hay muchos jóvenes que se dicen antisistema, pero el sistema son los iPhone 7, la nueva gran amenaza, el nuevo Gran Hermano disfrazado.