El actor, que se hizo popular por «Siete vidas» y «El club de la comedia, actúa el próximo 21 de abril en Santiago en el Auditorio Abanca, donde presenta el espectáculo: «Como en la casa de uno... en ningún sitio»
14 abr 2017 . Actualizado a las 05:15 h.La suya es una cara que el público de la pequeña pantalla conoce bien. Asociado a la risa y al humor, el bigote de Santi Rodríguez se hizo extremadamente popular durante la emisión de la recordada serie Siete vidas, además de por sus monólogos en El Club de la Comedia. Como en la casa de uno... en ningún sitio es su último espectáculo; Santiago de Compostela, su escenario.
-¿Siguen llamándole «Frutero» por la calle o ya es cosa del pasado?
-Por suerte cada vez menos. Ya han pasado diez años desde que acabó la serie aunque no lo parezca, y he hecho otras cosas que, afortunadamente, han funcionado también. No está mal que me conozcan y me llamen por mi nombre [ríe].
-¿Y el bigote no ha pensado en afeitarlo?
-Solo me lo quité para Tu cara me suena pero llevaba treinta años con él. Un día decidí dejármelo y conmigo sigue desde entonces. Es parte mía, la verdad. No creo que me lo afeite nunca.
-¿Ríe usted mucho?
-Soy de risa difícil, un público muy malo. La gente conmigo es muy benévola y se ríe con lo que hago, pero a mí me cuesta. Seguramente es por la deformación profesional; la risa depende mucho de la sorpresa y si ya intuyes qué te van a contar…
-Dice que su nuevo espectáculo es una vuelta al mundo por menos de veinte euros. ¿Es usted de hacer las maletas siempre que puede?
-Viajar es algo que, si uno puede, debe de hacer. Ver cómo piensa la gente en otras partes otorga una visión de la vida mucho más flexible. Si no sales de casa acabas por pensar que lo tuyo es lo mejor y no es así. Hay muchas formas de ver la vida, y todas son buenas.
-¿Le guarda especial cariño a alguno de sus viajes?
-Nueva York me dejó especialmente marcado. Conste que cuando decimos de viajar siempre pensamos en el extranjero y no hace falta irse lejos. En Santiago, por ejemplo, no me canso de pasear por sus calles. Hablar con alguien y notar la lluvia… Seguro que los que vivís allí estáis ya hasta las narices, pero el encanto que tiene la lluvia…
-La tele no le ha privado de seguir llenando teatros.
-Es que me encanta, lo elegiría antes que los platós. En él estás en contacto directo con los responsables de que tú puedas comer. Sabes al momento si un chiste funciona.
-Muchos desconocen su auténtica pasión, la del Santi Rodríguez solidario, siempre al pie de galas.
-Es una necesidad vital para mí. Tengo la certeza de que la gente necesita ayuda trato de hacer lo que puedo. Se duerme mejor cuando colaboras por una buena causa, aunque a veces pasen cosas como lo del impresentable este.
-¿Se refiere a Paco Sanz?
-Llegué a hacerle una gala y todo para recaudar más dinero… Es difícil recordar a alguien de semejante calaña en este país. Él y su entorno, que eran colaboradores. Espero que el resto de gente que sí necesita ayuda no se vea afectada por todo esto.
Un libro: «Los fantamas del Retiro», de José Vicente Pascual.
Un disco: «Offals», de Alicia Nurho.
Una peli: «Es por tu bien», de Roberto Álamo, José Coronado y Javier Cámara.