Arrasarán en el 2017 con su mirada al pasado

FUGAS

CEDIDA

Los tres acaban de sacar disco. Los tres se inspiran en épocas muy concretas de la historia de la música sin disimulo. Los tres lo plasman sonora y estéticamente. Los tres defienden la plena vigencia de su viaje en el presente. Son Fogbound, The Limboos y Presumido, tres bandas gallegas a tener en cuenta

31 mar 2017 . Actualizado a las 14:44 h.

Sí, antes incluso de dejar caer la aguja sobre el elepé homónimo de Fogbound, uno ya se ha instalado en los años sesenta. Su portada, con reminiscencias del Face To Face de The Kinks o Contrabando de Los Brincos, no deja dudas. La edición, cuidadosamente sesentera, tampoco. En cuanto la música empieza a sonar ya no queda duda alguna. «Hemos cogido la bandera el freakbeat por friquismo, porque todos escuchamos mucha música psicodélica de los tres últimos años de los sesenta, también algo de los primeros setenta y a todo le intentamos dar un toque personal», explica Fabio Mahía, cantante y guitarrista del grupo coruñés que completan Borja Fernández (bajo), Fernando Vilaboy (hammond) y Pablo González (batería y voz).

¿Por qué esa fijación? «En mi caso vino un poco por dónde salíamos, en el Soho, y las amistades. Caí en esa pota de sixties a tope y me influyó mucho», se ríe. En A Coruña forman parte de una tradición que se remonta a Los Eskizos y que ha tenido ejemplos como Mistakens, Covers o Elephant Band. «Sí, en cierto modo, somos otro eslabón en esa cadena. ¿Por qué no coger esa herencia y darle un punto de vista personal?». Todo ello coincide con una explosión internacional de neopsicodelia comandada por Tame Impala. «Seguramente tenemos influencias comunes con grupos como Temples o Foxygen. Y sí, ¿por qué no? Seguramente nos podamos meter dentro de ese revival del género». Ello, de todos modos, no quieren que los limite. «Queremos trascender al circuito sixties y tocar en todo tipo de eventos», afirma.

THE LIMBOOS
THE LIMBOOS

GLAMUR «RETRO»

Aunque opera en Madrid, The Limboos es un grupo muy gallego. Lo lidera el grovense Roi Fontoira (ex Phantom Keys y The Allnight Workers), quien comparte nómina con su primo Sergio Alarcón (percusión y teclado). «También está Daniela [Kennedy, la batería], que es mi pareja y ya medio gallega», se ríe Fontoira. Completan la formación Dani Niño (saxo barítono) y Santiago Sacristán (contrabajo). Estos cinco muchachos se han convertido en una de las sensaciones de la temporada, gracias a su talentosa mirada a los años cincuenta.

«Empezamos el grupo con el rythm & blues como base, pero sin ataduras estilísticas, ni de tribu urbana. Queremos que manden las canciones», detalla. Con su último disco, Limbootica, lo han materializado mezclando jazz, mambo, música caribeña, son cubano, blues y pop. De ahí sale un sonido irresistible que, además, se sustenta en una imagen tremendamente atractiva. Ver el videoclip de I Don’t Buy It y quedarse prendado de ellos es uno.

«Sí, lo hizo Jaime un amigo nuestro y fue algo totalmente improvisado -relata Roi-. Lo que pasa es que él tiene mucho talento. Respecto a la imagen, intentamos ir acorde al show que queremos dar. Vamos algo arreglados, pero es tanta imagen ir así como ir con las camisetas rotas». La banda, que acaba de fichar por la promotora I Wanna Management, mira ilusionada al próximo verano. Desde luego, su propuesta tiene todos los visos de arrasar en los festivales.

PRESUMIDO
PRESUMIDO

OSCURIDAD Y LUZ

A Presumido le ha echado el lazo Music Bus, la promotora de grupos como Love of Lesbian. Los catalanes han visto mucho potencial en su pop electrónico de estirpe ochentera. «Nosotros le llamamos synth-pop porque Depeche Mode había usado siempre esa etiqueta y nunca les condicionó para hacer algo duro y oscuro, al margen de los clichés del pop», reflexiona Tarci Ávila, mitad de del dúo que completa Nacho Dafonte y que opera entre Vigo y O Barco de Valdeorras. «De todos modos, nuestra intención es hacer un puente entre ese sonido antiguo y cosas más actuales, como Mode Selector o Moderat». El resultado se puede escuchar en Vendetta, un notable disco de debut que plantea una idea totalmente cerrada de Presumido.

«Mi canción favorita es Desde aquí, la última -dice Tarci-. La puse ahí porque el disco se concibió como una obra totalmente redonda. Aunque la industria nos esté llevando al consumo de música por canciones sueltas, nosotros mantenemos el romanticismo del elepé, incluso con tintes de obra conceptual en este caso». Va más allá del sonido. En Presumido también importa muchísimo la estética. «Hemos querido concebir el proyecto desde el primer momento como un todo, sin fisuras. Normalmente, un grupo se preocupa primero por la música, luego por la estética y luego por otras cosas, como la iluminación en escena. Nosotros, no. Lo hemos hecho todo así desde el principio. Respecto a lo otro, es que nosotros siempre vestimos de blanco y negro», se ríe.

Presumido apela a «una eterna lucha entre la oscuridad y la retranca», logrando que «cuando piensas que te van a hundir de todo, aparece una muletilla a la que agarrarse», define Tarci. Esta dualidad engancha y genera sensaciones adictivas en el oyente.