«Un grupo como Radio Futura hoy no sobreviviría»

FUGAS

Transmutado de nuevo en Juan Perro acaba de publicar nuevo disco. Circunstancia siempre a celebrar. «El viaje» es desnudez pura en lo formal, una voz y una guitarra. Todo lírica sentimental.

23 dic 2016 . Actualizado a las 09:22 h.

A la esencia pura del trovador ha reducido Juan Perro la puesta en escena discográfica de sus nuevas creaciones. Del trovador transfronterizo, eso sí. De aquel que hace propia la huella sonora del territorio que pisa y de las encrucijadas que adivina.

Podría semejar este recurso a la explícita desnudez musical de Santiago Auserón al de algunos de los grandes pintores del siglo XX que en sus últimas etapas despojaron a sus obras de todo apunte superfluo para abrazar la abstracción cuasi minimalista. Se lo comento. Calla, sonríe y con un prosaico requiebro desmonta el argumento. «Yo tuve que hacer de la necesidad virtud. Me habría gustado grabar este disco con la banda, pero las condiciones económicas no me lo han permitido. Así que como llevaba seis años trabajando en estas canciones consideré que era el momento de presentarlas, aunque fuese en esqueleto, en formato mínimo. Espero poder en el futuro convertir parte de El Viaje en una pequeña colección de estándares, ya con el sexteto».

-¿Es el suyo un modelo de trovador «demodé» o posmoderno?

-Quizá las dos cosas. Si te fijas, el concepto de trovador ha servido para designar a los que nos dedicamos a esto del verso cantado desde la Edad Media hasta nuestros días.

-¿Por qué dice que «El viaje» cierra un ciclo?

-Porque después de un periplo que me ha llevado de Cuba a Jamaica, de México a Nueva Orleans he sentido la necesidad de una vuelta a la tradición lírica peninsular. Cierra un ciclo en el sentido de que vuelve a las cenizas del campamento. Vuelve a lo local mirándolo desde fuera a dentro, cuando con Radio Futura empecé mirándolo de dentro a fuera.

-«El paso del tiempo cambia el significado de las obras de arte», ha dicho. Con la perspectiva de todos estos años, ¿cómo percibe sus creaciones de la etapa de Radio Futura?

-Me cuesta analizarlo porque aún lo siento muy cercano. Yo detecto cierta frescura y el valor de la intuición en una época en la que la magia estaba en el aire. Pero también veo la torpe gestualidad con la que me acercaba al estudio de grabación o al local de ensayo. En lo que más confío es en el criterio de la gente y en que dos generaciones hayan elegido aquellas canciones para ponerlas en primer plano en la historia del rock español, de lo cual les estoy agradecidísimo.

-¿Siguen tentándole con la idea de resucitar Radio Futura?

-Sí, periódicamente vuelven a la carga. Evidentemente si se dieran las condiciones sería un gran negocio. Pero no vamos a hacerlo por razones de negocio. Nunca vamos a hacer un revival. Si algún día renaciese Radio Futura sería por razones estrictamente artísticas y personales, que en este momento no se dan. Y que tras el fallecimiento de Enrique Sierra veo difícil que se den.

-Muchos de sus compañeros de generación, sin embargo, sí que explotan ese revival.

-Tienen todo el derecho a reciclar sus productos. Pero hombre, si se reunieran para sacar una pura cancioncita nueva que alumbrase el camino sería una alegría para todos.

-Usted que es un erudito de las músicas caribeñas, ¿por qué cree que nos ha abducido la más despreciable de todas ellas, el reguetón?

-Vengo de La Habana y allí están hablando de lo mismo (se ríe). Yo veo una razón sociológica y otra musical. El reguetón ha hecho que ciertas clases sociales accedan por primera vez a la posibilidad de gastar algo de dinero en la música. Y luego, cuidado, porque el reguetón es la síntesis del tango africano, que tiene un poder demoníaco desde hace milenios. Reducirlo a un patrón repetitivo sobre el que se incita a las pasiones más bajas, eso ya es una operación comercial.

-¿Qué estaría haciendo Santiago Auserón si ahora tuviese 20 años?

-Probablemente me centraría en acabar mi carrera vocacional de Filosofía. Porque si ahora mismo estuviese en los inicios de un grupo parecido a Radio Futura, sé que ese grupo no tendría ninguna posibilidad de sobrevivir.

-Sin embargo, en su momento, Radio Futura llegó a convivir en radiofórmulas con los grupos comerciales.

-Sí, en aquellos momentos en los paneles de programación cabían las músicas comerciales y una parte de la música aventurera. Hoy es completamente impensable. Cuando los grandes grupos de comunicación crean sus propias editoriales lo hacen para explotar el repertorio que ellos generan. No cabe nada más.

-¿Le da la risa cuando hoy oye hablar de música independiente?

-No, hay sellos que siguen peleando por hacer música de modo independiente. Y fíjate, los artistas veteranos como es mi caso hemos venido a coincidir en los mismos caladeros de producción que los indies de los 90. Y algunos de los indies se han pasado a las multinacionales y ahí se han quedado estancados. Yo estoy orgulloso de ser independiente. Me cuesta muchísimo trabajo pero creo que es el camino correcto.

-¿Vive de las rentas de Radio Futura o Juan Perro es un proyecto autosuficiente?

-Las rentas de Radio Futura las pulí hace tiempo. Desde el 92 hasta el 2007 con Juan Perro podía ahorrar un poquito. Desde entonces, para mantener mi equipo de trabajo me las veo y me las deseo. Tengo que hacer de todo. Tocar solo, acompañado, sinfónico y lo que me echen.