"Toda mi vida he renegado del punk y estaba equivocado"

C. CRESPO

FUGAS

CEDIDA

A punto de cumplir 20 años en la música, "El peor grupo del mundo" nos devuelve a los Sidonie más hedonistas con una colección de himnos pop

11 nov 2016 . Actualizado a las 13:44 h.

De presagios apocalípticos está la historia de la música popular repleta. Desde The Beatles o Ramones hasta Dorian o los propios Sidonie escucharon alguna vez en sus comienzos aquello de «sois el peor grupo del mundo”. Pues bien, casi 20 años después aquel desatinado augurio el trío barcelonés se despacha con un homenaje a la música y a los músicos en forma de diez himnos pop que, tras dos discos cuando menos ásperos, nos devuelven a los Sidonie más luminosos, festivos y hedonistas. Nos los confirma Marc Ros, cantante, guitarrista y compositor de la banda. El peor grupo del mundo llega precedido por el éxito transversal de Carreteras Infinitas, single que llegó a colarse en el top ten de la lista de Los 40 Principales.

-No ha faltado quien haya ironizado con que Sidonie entrase en la batalla por la “canción del verano”.

-Ahora mismo, con 42 años, eso me da bastante igual. Esos complejos los tenía cuando era más arrogante, leía ciertas revistas musicales y frecuentaba bares esnobs. Los primeros en felicitarnos por entrar en Los 40 fueron gente del núcleo duro del indie. Porque entienden que eso puede resultar positivo para todos. En los 80 o en los 90 grupos como The Smiths, Soft Cell o Radio Futura sonaban sin problema en radios y teles generalistas. Desde entonces no hemos hecho más que levantar estúpidos muros. Parece que por fin algunos se empiezan a derribar.

-¿Por qué abandonasteis el «lado oscuro» tras vuestros dos últimos discos?

-Por influencia del punk. Yo siempre decía que hoy la música sería mejor si no hubiese existido el 77. Y estaba totalmente equivocado. Ese mensaje tan directo y sencillo del punk y el volver a Chuck Berry y a Bo Diddley me ha servido no solo para componer estas canciones sino para conceptualizar el disco en su conjunto. Desde la portada a las camisetas.

-Y ahora retornáis sin complejos al estribillo pegadizo.

-Sí, claro. Hay grupos que parece que sienten vergüenza de hacer estribillos brillantes. Pero, cuidado, a lo mejor es porque no los saben hacer. Yo reconozco que en los dos discos anteriores no es que estuviera renegando de esos estribillos o de esas melodías, es que no me salían. Y lo ocultábamos con la excusa de la experimentación. Ahora sí me salen así que, por supuesto, están ahí.

-Incluso os atrevéis con un “lalalala” coral de lo más karaokero.

-Eso es puro pop. Pero bueno, eso no es nada comparado con el trauma que supuso la primera vez que introduje un “te quiero” en una canción.

-En este disco no manifestáis ningún tapujo a la hora de citar vuestras principales referencias.

-No. Muchos músicos tienen miedo al hecho de compartir sus influencias. Como si se descubriera el pastel. A nosotros siempre nos ha encantado compartir esas referencias, sean musicales, literarias o cinematográficas. Y fiel a ese concepto de sencillez y de transparencia no he querido camuflarlas en metáforas idílicas sino citarlas expresamente. Incluso asumiendo que pueda haber momentos casi sonrojantes.

-Hay quien habla ya de la burbuja de los festivales. ¿Creéis que hemos alcanzado ya a ese punto?

-Yo la burbuja no la veo. Veo que los carteles de los festivales se parecen mucho pero esto ha pasado siempre. Yo no le daría más vueltas. Lo que sí tenemos es que luchar cada vez más por mantener las giras de salas, que es donde un grupo puede desarrollar al completo su concepto artístico.

-¿Por qué os han adelantado por la derecha grupos como Vetusta Morla o Izal cuando Sidonie estaban ahí mucho antes y mejor posicionados?

-Pues porque a lo mejor no teníamos las canciones que tienen ellos. Cuando surgieron estos grupos yo no debía estar tan fino escribiendo. Pero creo que su irrupción ha sido muy buena para todos porque, no lo voy a negar, entre los músicos hay ese punto de celos y, por lo menos a nosotros, nos ha puesto las pilas.

-Dedicáis el disco al peor grupo del mundo, pero ¿cuál es el mejor?

-El mejor es uno al que también un día despreciaron y le dijeron aquello de que era el peor, y es el grupo que más me ha inspirado en mi vida, The Beatles. Y después está Sidonie.

Asumo que en mis canciones pueda haber momentos casi sonrojantes

17 NOVIEMBRE, 21.30. SALA CAPITOL ENTRADAS 16,50 EUROS