«Me siento aliviado de trabajar solo en las películas que dirijo»

MARÍA ESTÉVEZ

FUGAS

ASD

Clint Eastwood mantuvo guardado meses el guion de «Sully» hasta que descubrió dónde estaba el conflicto del protagonista. Impresionado por el trabajo de Tom Hanks, asegura que el motivo de su libertad es dirigir

18 nov 2016 . Actualizado a las 13:13 h.

Clint Eastwood (San Francisco, 1930) eligió como protagonista de Sully a Tom Hanks para dar vida al capitán Chesley Sullengerger. Junto al primer oficial Jeff Skiles (Aaron Eckhart), logró realizar un aterrizaje de emergencia del vuelo de U.S. Airways 1549 sobre el río Hudson. La película se estrenó el pasado viernes y la leyenda promete que no será la última.

 -¿Cómo llegó esta película a sus manos?

-Este guion estuvo aparcado en mi mesa durante varias semanas hasta que mi asistente me preguntó por él. El único título que tenía era Milagro en el río Hudson. Ella me preguntaba cada día si lo había leído. Y yo le contestaba que no. Me di cuenta de que había algo en aquella historia que le atraía y decidí leerlo. Me encantó y hojeé los periódicos que habían escrito sobre el tema. Me pareció que podíamos hacer un gran trabajo. Sin embargo, no sabía dónde estaba el conflicto hasta que descubrí lo que sufrió el piloto con la Sociedad de Transporte Nacional para demostrar que sus decisiones fueron correctas. En ese momento encontré el drama, el conflicto que necesitaba. Luego se convirtió en una historia fascinante.

-Usted es un experto piloto. ¿Siente un aprecio especial por el aterrizaje de Sully?

-Sí. Cuando tienes la oportunidad de volar cada día te vuelves muy preciso, compruebas cada detalle de tu aparato. En aviación, el piloto es muy importante y se necesita un tipo como Sully para salvar a 155 personas.

-¿Por eso lo admira?

-Para pilotar aviones necesitas gente exacta, precisa, alguien que sea bueno con los detalles y sepa vivir según las reglas. Sully es ese tipo de persona. Él sigue las reglas y, al tomar la decisión de aterrizar en el río Hudson, las acata, porque ha sido preparado para ello, pero no es lo que le han pedido. De pronto, tiene que tomar una docena de decisiones en unos segundos y toda la historia de la película se reduce a: ¿aterrizo o no en el río?

-Usted ha llevado muchos héroes a la gran pantalla. ¿A quién le otorga esta categoría?

-Los héroes son únicos. Sin embargo, en esta sociedad políticamente correcta todo el mundo necesita irse a casa con un primer premio para no herir sus sentimientos. Nadie tiene la oportunidad de ser héroe de verdad, aunque sean importantes. El mero término está sobreutilizado y resulta una sorpresa cuando alguien hace algo extra por los demás.

-En la película tiene mucha importancia el instinto. ¿Cree que en la vida es importante dejarse llevar por los instintos?

-Creo que es importante. A veces los instintos te alejan de problemas y en otras salvan vidas.

-¿Fue difícil rodar la escena del avión aterrizando sobre el rio Hudson?

-Muy, muy complicada, pero, afortunadamente, contaba con la ayuda de actores de la talla de Tom Hanks y Aaron Eackhart. No puedes imaginar cuánto admiro a Tom después de trabajar con él, es un profesional impresionante.

-Su pasión por la música y su técnica le ayudaron a conseguir libertad creativa como cineasta...

-Creo que el motivo de mi libertad es el tiempo que puedo dedicar a dirigir porque me he liberado de los proyectos que demandaban mi presencia frente a la cámara. Me siento aliviado de poder trabajar únicamente en las películas que dirijo. Y, como todo el mundo, sigo adelante con mis proyectos. Es cuestión de madurez porque, en la vida, uno nunca deja de madurar.

-¿Sigue convencido de no volver a actuar?

-Hay que trabajar con el material que uno tiene en la mano. Este guion me pareció sensacional y en este momento lo único que quiero es dirigir.

-¿La palabra «retiro» no le suena para nada?

-No me suena muy bien porque no quiero pensar en retirarme. Hace muchos años lo pensé, pero me arrepentí enseguida.

-¿Qué fue lo que le cambió de parecer?

-Me gusta trabajar, es algo que disfruto. Tal vez un día dejo de divertirme con el trabajo y elijo dejarlo. Si me ocurre, será algo repentino y no meditado. Diré adiós, pero, hasta el momento, disfruto y por eso me hice director hace 49 años.

-Dirigir, actuar y hacer política. ¿Se considera un político?

-No. Fui alcalde durante dos años para permitir a otro gobernar en mi lugar Carmel, porque me imaginé que dos años eran más que suficientes.

-No se considera conservador, sino un defensor de la libertad individual. Sin embargo, siempre apoya al candidato republicano.

-Sí, porque los libertarios en el pasado eran los republicanos. Es decir, un Gobierno más pequeño y menos regulación, dejar a la gente tranquila, no creo que el Gobierno tenga que ser policía de los ciudadanos. Y, por otro lado, creo que habría que gastar menos. Si tienes diez dólares hay que gastar diez, no puedes gastar doce dólares y pedir prestado. Hay que vivir de acuerdo a las posibilidades y eso es lo que debería hacer el Gobierno. Cada país que ha sufrido la crisis está viviendo en la misma situación por el enorme gasto. No aprendemos y eso que, a lo largo de la historia, hemos tenido muchas lecciones. Pero así es de estúpida la humanidad, seguimos repitiendo los mismos errores una y otra vez. Hace tiempo aprendí que, si no aprendes de tu errores, debes avergonzarte y si no aprendes por segunda vez, avergonzarte aún más. No hay que vivir a ciegas.

-Usted es un apasionado del golf ¿Por qué?

-El golf es un deporte que puedes jugar con una limitada habilidad, puedes no ser bueno y disfrutar. En otro tipo de deporte necesitas adquirir cierta habilidad para poder practicarlo. El golf es muy individual y acabas compitiendo contra ti mismo. Es un deporte donde revelas carácter y personalidad. Y lo puedes jugar toda tu vida a cualquier edad.