Los jerarcas del vil metal galopan de nuevo

FUGAS

ANDREW KELLY

El décimo álbum de estudio de Metallica está reventando las expectativas

11 nov 2016 . Actualizado a las 05:25 h.

Dentro de exactamente una semana, los portales virtuales de medio planeta se llenarán con los rostros entremezclados de estos cuatro sujetos procedentes de California. Si cualquier lanzamiento de Metallica constituye por sí mismo un acontecimiento, el de su décimo trabajo de estudio está destrozando todas las expectativas. Estos tipos saben moverse en su negocio. En las últimas semanas han presentado tres adelantos -Hardwired, Moth Into Flame y Atlas, Rise!- con sus correspondientes vídeos [ya sabes, YouTube es el futuro], proporcionando a su multitudinaria parroquia material de sobra para morderse las uñas hasta el viernes que viene, día en el que el telón se levantará al completo y desvelará qué hay detrás de este Hardwired... To Self-Destruct de bizarro título (algo así como programado para la autodestrucción), que debería consolidar la recuperación de Hetfield, Ulrich, Hammett y Trujillo para las milicias de la tralla.

En el fondo se trata de lo de siempre desde que los cuatro jinetes se descolgaron en los 90 con Load y Reload, dos discos fofos y relamidos con los que abandonaron no ya el thrash metal que habían fundado, sino cualquier aspiración mínimamente digna: revelar si en Metallica sigue habitando el talento suficiente para rescatar el crédito perdido tras la marcha de Newsted, aquella pifia en dos entregas, el tremendo bodrio de St. Anger, el psicodrama que reflejaba el documental Some Kind Of Monster y su último trabajo creativo, Death Magnetic, una especie de sí pero no desde el que han transcurrido ocho años ya. Ah, y en medio de todo Lulú, su monstruoso experimento con Lou Reed.

Lo que se ha podido escuchar no permite extraer conclusiones definitivas. La portada mola, pero está inspirada en una anterior de Crowbar. Los temas tienen caña, aunque los chicos, convertidos en la imagen de Britoni, parecen perseguirse a sí mismos. En fin, que algo tendrán cuando incluso quienes albergamos serias dudas vamos a incrementar sus cuentas millonarias. Metallica pueden ser unos bastardos... Pero son nuestros bastardos.

«HARDWIRED... TO SELF-DESTRUCT»

BLACKENED RECORDINGS

Disco doble que en su formato de lujo incluye un tercer cedé con versiones, descartes y temas en directo. Como curiosidad, Hammett perdió su teléfono en Copenhague con todos sus riff grabados, por lo que no pudo intervenir en la composición.