Conde reconquista su voz

FUGAS

SANDRA ALONSO

En «El beato», narración galardonada con el Premio de Novela Ateneo Ciudad de Valladolid, Alfredo Conde rinde tributo a la apasionante figura de Sebastián de Aparicio Prado, un emigrante gallego en el México del siglo XVI que después de diversas peripecias alcanzó la beatificación

08 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Llega Alfredo Conde (Allariz, 1945) con El beato a su novela número 18, afortunadamente todavía a cierta distancia de esa vigésima narración que hace tiempo se marcó como punto final de su carrera literaria. Tras dormir el manuscrito dos años en el cajón de una editorial gallega, Conde se decidió a traducir él mismo esta obra al castellano y presentarla al LXII Premio de Novela Ateneo Ciudad de Valladolid, galardón que ganó y gracias al cual la vemos ahora publicada en español en el sello Algaida.

En El beato recupera el narrador la apasionante figura de Sebastián de Aparicio Prado, rebautizado en el texto como fray Julián de Chaguazoso, un emigrante gallego en el México del siglo XVI, en plena conquista, que tras muy diversas peripecias, aventuras y desventuras, alcanzó la beatificación.

Compone aquí el novelista ourensano una singular vida de santos, que evoca en cierta forma aquellas hagiografías maravillosas que otro admirable premio Nadal gallego, Álvaro Cunqueiro, escribía y reinventaba. Como subraya con acierto Conde, fray Julián era un hombre bueno que, con todas las imperfecciones y contradicciones que arrastramos los humanos, llegó a beato porque siempre hizo el bien allí por donde pasó.

Así vemos cómo el difunto Julián, analfabeto aunque sabio, va recordando su vida, repasando las láminas que sobre su biografía ha dibujado un tal fray Tadeo, estampas que el beato va matizando y enmendando.

Una de las tesis más atractivas e irreverentes de la novela es sin duda la reivindicación que hace de la figura de Hernán Cortés y la conquista de México. Muy lejos de la leyenda negra construida con posterioridad, el Cortés que trae a estas páginas el narrador es el hombre que llevó el Renacimiento a México, un Hernán Cortés muy próximo al de la formidable biografía de Salvador de Madariaga.

Hay que felicitarse, pues, por este regreso de Alfredo Conde a la narrativa. Vuelve con todo su oficio el autor de Xa vai o Griffón no vento y reconquista esa voz que lo ha convertido en uno de los grandes de nuestras letras (en gallego y castellano).

El beato. Novela. Alfredo Conde. Algaida. 256 páginas. 18 euros