Siempre Arrabal

Luís Pousa Rodríguez
Luís Pousa EL RINCÓN DEL SIBARITA

FUGAS

03 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Que Fernando Arrabal vuelva a publicar regularmente en una editorial española es tal vez una de las noticias más felices de los últimos tiempos en nuestro atribulado panorama literario. Tras la maravillosa edición de su epistolario, Reino de Cordelia vuelve a la carga con El circunspecto, la nueva novela de un autor al que hay que reivindicar y leer siempre.

En El circunspecto, Arrabal sitúa la acción (si es que se puede hablar tan a la ligera de acción o trama en una novela de Arrabal) en la reunión anual del comité del jurado del Premio Nobel de la Paz, cuyos cinco miembros deliberan mientras una serie de acontecimientos imprevistos se van cruzando en el camino de su decisión. Arrabal, que desde su militancia en la irreverencia y la heterodoxia acostumbra a no dejar títere con cabeza en sus escritos, arremete aquí contra el mito de Don Juan, encarnado por el miembro del jurado Oleg Georg, y que más que el seductor de la tradición acaba por revelarse como un violador que droga a sus víctimas. También revisa con contundencia, 400 años después de su muerte, la imagen actual de Shakespeare y Cervantes (Cerbantes, según la propuesta de Pollux Hernúñez, que recupera la grafía original del autor):

?Dos escritores que como todos los poetas malditos, todos los matemáticos, todos los filósofos, finalmente todos, en el verdadero sentido de la palabra, son insignificantes para el mundo, sus pompas y vanidades. Y a los que, fuera de los grandes especialistas, nadie ha leído.

En esta novela ecléctica, donde entran y salen desde Lady Gaga al Tony Montana de Scarface, la esperanza la pone el desasosegado autor de El grito, cuadro que preside la reunión del jurado hasta que también desaparece de escena. Porque, como recuerda Arrabal, Munch dijo:

-Mi arte es una voluntaria confesión. Una tentativa de explicarme a mí mismo en relación con la vida. Mi arte es por consecuencia el gesto del egoísmo. Pero guardo, sin embargo, la esperanza de ayudar a los demás y de conseguir la claridad.