Quique González, el cántabro que encontró sus canciones en mitad de una cabaña

C. Pereiro

FUGAS

Quique González, en un concierto en A Coruña en mayo del 2013
Quique González, en un concierto en A Coruña en mayo del 2013 PACO RODRÍGUEZ

27 may 2016 . Actualizado a las 19:02 h.

Quique González aprendió hace tiempo a esquivar los disparos en forma de opiniones relativas a sus trabajos. De manera sabia, el cántabro escogió el camino correcto, el de la autosuficiencia y el trabajo preparado a fuego lento, dándose de bruces con su mejor versión.

En la montaña, recluido en su cabaña de la comarca del Pas-Miera, se originó buena parte de su último trabajo, Me mata si me necesitas, publicado en marzo de este año. Entre robles, con aroma a tabaco y fotos de Neil Young, el cántabro fue capaz de crear, muy probablemente, su mejor obra hasta la fecha, aunque la nostalgia nos quiera recordar y hacer tararear sus himnos. El tiempo dirá, aunque estamos ante ese Quique desnudo y esperado, que no llegó a aparecer en su anterior obra, Delantera Mítica. Sea como sea, La casa de mis padres es tan desgarradora y necesaria, que simula un cierre inesperado, como si un disco no pudiera terminar así, dando donde duele.

Convertido ya en cantautor de una generación, Quique recoge llenos en teatros, como si eso de la crisis musical solo hubiera sido un mal sueño.

Vigo. Teatro Afundación. Sábado 28. 21.30 horas. 18 euros en compra anticipada, 23 euros en taquilla