¿Cómo recomendar un paseo por Santiago, destino del paseo más largo del mundo? Cualquier ruta urbana por la ciudad del Apóstol llena las expectativas más exigentes si buscas historia, arte, espiritualidad, gastronomía, marcha o buenos libros.
Pero a la sombra de la ciudad cosmopolita, los santiagueses que escapan del barullo disfrutan de una ruta agradabilísima: el paseo del Sarela. Se baja desde el Obradoiro, por la rúa das Hortas y la de O Carme de Abaixo y ahí está el río en un paraje encantador: la iglesia del Carmen y sus casitas vecinas de carácter popular, salvadas, como han sabido hacer aquí en tantos casos, de las ansias de crecimiento. El Sarela parece un regato bravo de Triacastela o de la Paradanta. En el cauce limpio ondulan las cabelleras verdes de las oucas, que cualquier semana de estas se pondrán a flote para echar al aire sus flores, margaritas de río. Hace un siglo y dos no era así: las aguas bajaban negras, de las curtidurías que lo bordeaban, corriente arriba. Hoy algunas de esas instalaciones industriales, como también la vaquería do Carme, han sido restauradas y reconvertidas.
El paseo puede hacerse en ambos sentidos. Preferimos caminar aguas abajo, como hacían los peregrinos que, después de ver la tumba del Apóstol, querían ver también ponerse el sol en Fisterra. El curso está adaptado para la caminata, con entablados y pasarelas. Al llegar a Ponte Sarela, es muy recomendable hacer un giro brusco a la derecha, monte arriba, por las carballeiras y los parques del Pedroso: las vistas permiten disfrutar de la urbe y pensar durante un rato que las ciudades pueden crecer sin pisar a nadie.