Vilar de Donas, joya olvidada del Camino

Juan Carlos Martínez EN EL COCHE DE SAN FERNANDO

FUGAS

19 nov 2015 . Actualizado a las 14:36 h.

Ya que hemos ido por millares a Monterroso, para feriar a lo grande, ¿por qué no aprovechar el viaje para acercarnos a Vilar de Donas, en Palas de Rei, y repetir el camino que hicieron las damas fundadoras de aquella iglesia mágica en la Edad Media? Quienes no conozcan esa joya del románico que es el templo de San Salvador se quedarán un buen rato con la boca abierta, sobre todo si tienen la suerte de contar con un guía como el que nosotros tuvimos, don Jesús García, guardián de las llaves, intérprete de símbolos y conocedor de secretos más profundos y sugerentes que los que cuentan los autores académicos que han estudiado la historia del templo.

La iglesia perteneció en principio a un monasterio femenino que fundaron dos damas de una familia monterrosina o, según la versión local, procedentes del lugar y en época mucho más antigua. Sea como fuere, las donas están presentes, por todas partes, en las pinturas murales góticas que adornan los muros de la nave. Impresiona sobre todo una, adornada con toca y velo, que observa arrobada un lirio a la vista de su novio, un joven de ricitos que la mira a ella. François Villon podría haber escrito su Balada de las damas de antaño en su honor, si la hubiera visto. 

En el siglo XII, el convento fue cedido a la orden de Santiago, cuyos caballeros, defensores del Camino, se enterraron aquí. Pero el Camino pasa a dos kilómetros y son pocos los peregrinos que se desvían hasta San Salvador, y suelen ser extranjeros. Habría que remediarlo. Quizá con unos pocos letreros baste.