Lo salvaje como vía de purificación

FUGAS

Es difícil entender cómo resulta tan fascinante el relato de las inacabables, repetitivas y sufridas jornadas de Doug Peacock tras el rastro de los osos por parajes de montaña inaccesibles (para observar al animal en su hábitat). Pero el milagro ocurre y el grizzly ya nunca será un oso cualquiera para el lector. Una aventura de las de verdad

30 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando se toma el libro Mis años grizzly (1990) entre las manos lo primero que asalta es una cierta desconfianza, pese a la seriedad que acredita el sello Errata Naturae, ante la presentación del escritor -Doug Peacock (Míchigan, 1942)- como un híbrido de Thoreau y Rambo. Pero cuando el lector va participando de la aventura vital y narrativa del autor, su odisea tras los osos por parajes inaccesibles, no solo comparte esta chocante afirmación sino que acaba envidiando las jornadas de torpe caminata por el estadounidense Parque Nacional de los Glaciares que el editor confiesa en el colofón de este bellísimo volumen. Que nadie se engañe, aquí no hay literatura, aquí hay verdad, un relato auténtico que enfrenta al lector con la realidad de la naturaleza salvaje, que siempre pone al hombre en su sitio, ante su propia pequeñez. La narración de Peacock es una lección de modestia y de amor por los animales, que contagia con una fuerza arrasadora y adictiva. Su canto a lo indómito y el riesgo es además una advertencia contra la muerte injustificable y masiva de animales tan magníficos como el oso, el lobo, el búfalo... que prácticamente han desaparecido del vasto paisaje americano en un programa sistemático -sumado a grandes dosis de irresponsabilidad e ignorancia- comparable al genocidio de los pueblos indios. Peacock se echa al monte en un intento un tanto atrabiliario de huir de la vida en sociedad y de lamerse los traumas y heridas sufridos en la guerra de Vietnam, pero en esa soledad termina por construir algo muy hermoso y lleno de valores que ya no se estilan. En esa huida hace suyos los problemas de los osos grizzly, y, por ende, se los traslada al lector, felizmente implicado en la poética y ecológica causa. A muchos la lectura les evocará el filme El oso, cuyo rodaje Doug Peacock asesoró.

Mis años grizzly. En busca de la naturaleza salvaje. Doug Peacock. Traducción de Miguel Ros González. Colección Libros Salvajes. Errata Naturae Editores. 389 páginas. 21,50 euros