Al volante, entre el olvido y el conocimiento

FUGAS

21 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Era muy difícil que después de Di su nombre -aquel bellísimo canto de duelo, dolor y culpa por la muerte prematura, inesperada e injusta de la persona amada, Aura Estrada, en el 2007-, el escritor estadounidense Francisco Goldman (Boston, 1954) alcanzase una altura literaria y espiritual similar. Volvió en todo caso Paco a su querido México no mucho después para tratar de, sin alejarse de aquellos materiales sensibilísimos, ahondar en su conocimiento y retrato de aquel país que siempre lo acogió y dio refugio hospitalariamente. La ciudad de México, o México DF, es para él la calma y el rostro humano frente a la metrópoli neoyorquina donde vive, en Brooklyn, al que ve cada día más pegado a la codicia y la velocidad camino de ninguna parte. Sí, Goldman, para sorpresa de muchos, no halla DF agresivo o desmesurado. Al menos, no lo considera el último infierno. Para develar su visión, recurre a la óptica del conductor de torpe manejo (y habituado al automóvil automático) que trata de desenvolverse en la caótica y violenta capital. Emprende la aventura en el verano del 2012. Este desafío es también una forma de dejar atrás su pérdida, su trauma, de olvidar sus heridas, y de, aprovechando su condición de periodista, adentrarse en los problemas y el dolor de otros, ya sea con las protestas de estudiantes e indignados en el 2012 o también en el caso Heavens -el rapto y posterior asesinato de trece jóvenes en un barrio humilde en mayo del 2013-, ligado a las mafias del narcotráfico.

El circuito interior. Crónica. Francisco Goldman. Traducción de Juan Antonio Montiel. Editorial Turner. 282 páginas. 19 euros