Próxima estación: Zaragoza. En una liga en la que nada sale barato, el inicio del Breo es realmente complicado. Cosas del calendario que hay que asumir y gestionar porque, al final, todo se equilibra.
Tras el partido ante el Valencia Basket, firme y sólido candidato a todo en todas las competiciones, puede parecer que lo de Zaragoza es tarea menor. Pero para nada. Porque, respetando y sabiendo los diferentes niveles que hay en la liga, los de Jesús Ramírez tienen una plantilla compensada, sólida y con talento y experiencia. Dentro de un róster en el que el rendimiento va por encima de lo que el nombre pueda decir a primera vista, hay un póker que garantiza solvencia, seguridad y conocimiento del juego: Bell-Haynes, Santi Yusta, Devin Robinson y Bojan Dubljevic. Una buena organización y una plaza con mucha historia.
Y ahora llega el juego y por ahí deberíamos seguir, huyendo de tópicos y generalizaciones estériles. Cada semana de competición, tanto en la ACB como en Europa, muestra la evolución del juego, un progreso que debe plantear para mejorar interrogantes. Sigue habiendo una homogeneización de sistemas con jugadores de características dispares, algo difícil de entender porque con diferentes medios y niveles no se llega al máximo haciendo lo mismo.
Hacer grande el campo, tirar de tres y meter bandejas. Cierto, pero no es necesario renunciar a las opciones de espaldas ni al tiro de dos tras bote, tan decisivo en muchas ocasiones y que ahora no se valora lo suficiente. Abrir la mente a defensas de más riesgo sobre el balón y más agresiva sobre el pase, ya que un porcentaje altísimo de las ventajas del ataque llega a través del pase de calidad ante ayudas, fintas y situaciones de dos contra uno sobre la pelota. Y muchas más apasionantes cuestiones para pensar sobre el baloncesto. Y cuidando los detalles al máximo porque, en definitiva, son los que marcan la diferencia.
Este sábado llega una nueva oportunidad para un equipo que no va a parar de crecer y consolidarse. El trabajo, la paciencia y la tranquilidad ayudan mucho. Ante el Valencia vimos muchísimas cosas buenas y fases de gran baloncesto. Motivos de sobra para creer.