
Lugo se vestía e con todas sus galas para recibir a un grande como es el Real Madrid, así como para celebrar el regreso de Dzanan Musa, jugador que quedará para siempre en el recuerdo de la afición lucense tras su magnífico año en el Breogán.
Se esperaba más por parte de los dos equipos en el inicio de partido. Comenzó el primer cuarto con un ataque local muy espeso. Por su parte, los visitantes trataban de imponer su físico ante las bajas de hombres importantes como Campazzo, Hezonja o Deck. En defensa, el Madrid planteaba muchos cambios en situaciones de bloqueo directo que el Breo apenas conseguía aprovechar. Quizás la poca participación de Jordan Sakho, vital en las últimas victorias celestes, fue clave para la baja aportación del Breo bajo los tableros.
Los de Chus Mateo se fueron al descanso con una ligera ventaja, sobre todo cimentada en el talento y la anotación del incombustible Sergi Llull. El Madrid quería un partido de ritmo lento y los de Luis Casimiro se acoplaron a ese ritmo en la primera mitad. Pero en la segunda parte todo cambió, como ha ocurrido muchas veces durante esta temporada. El Breo apretó muchísimo más en defensa y aceleró el ritmo del encuentro, donde se encuentra más cómodo sobre todo cuando juega en el Pazo. Además, encontró de nuevo la figura estelar de Dae Dae Grant, que consiguió sacar faltas, anotar triples muy complicados y desajustar la defensa blanca.
Cuando el partido podía caer de cualquier lado, se impuso el mayor oficio del Madrid. Un par de pérdidas evitables por parte del Breo y la paciencia de los blancos para hacer llegar el balón a Bruno Fernando, sentenciaron el encuentro. Para mí, mala actuación arbitral en los últimos minutos, permitiendo contactos a los visitantes que debían ser sancionados con falta.
Nos queda un partido en el Pazo para seguir saboreando esta gran temporada.