Los de Mrsic, muy blandos en defensa y con muy poco rigor táctico en ataque, fueron a remolque en el marcador desde el primer cuarto
30 nov 2024 . Actualizado a las 21:22 h.Bien merecida fue la bronca del breoganismo a su equipo. En un partido de enorme relevancia en la carrera por la permanencia, el Río Breogán defraudó. No solo por el marcador, sino, sobre todo, por la decepcionante imagen que ofreció delante un adversario agarrado al talento del exbreoganista Scott Bamforth. Los celestes rindieron a un nivel muy bajo tanto en defensa como en ataque: 74-92.
Comenzó mejor el Breo, con Sakho iniciando y culminando un contragolpe y taponando e posterior intento del Granada. En el congoleño estaban depositadas muchas de las esperanzas breoganistas porque venía de protagonizar tres grandes actuaciones con su selección en la ventana FIBA. Atic abrió la cuenta de triples y Bamforth respondió de inmediato. Las defensas eran sólidas, especialmente en el poste bajo, y en un escenario de tensión, nervios y cierta ansiedad, el Breo se mostraba más solvente. A mitad de cuarto se inclinó Mrsic por refrescar el equipo. Turno para Aranitovic, Apic y Nakic. Oxígeno para un conjunto celeste que se iba descosiendo y con serios problemas para controlar el rebote defensivo. A 2,30 minutos del final detuvo el partido el preparador local para hacer arreglos en la estrategia porque el Granada crecía y su equipo no era el mismo del arranque. Con Apic negado en la pintura, regresó Sakho, el Breo pasó a jugar con dos bases (Quintela y Moore), pero nada cambió. Los celestes eran presa de los nervios. Por 16-23 ganaban los nazaríes tras 10 minutos.
Como en el tramo final de la primera manga, los locales iniciaron la segunda perdonando canastas que parecían sencills. Tras una falta antideportiva de Aranitovic y una pérdida, la brecha en el marcador empezó a ser preocupante para el Breo (18-30). Erik Quintela parecía decidido a asumir un papel protagonista en la dirección y el Breo se acercó con cinco puntos consecutivos de Toni Nakic. Atic estiró el parcial y el marcador volvió a estrecharse (30-35). Quedan apenas tres minutos y medio para el descanso, al que se llegaría con el Granada saboreando una sabrosa renta: 40-48.
El poco rigor táctico y la clara desventaja en el rebote (15-22) lastraba a los pupilos de Veljko Mrsic, que encajaron un parcial de 0-4 en la reanudación del partido y seguían con las ideas muy confusas y concediendo mucho más de la cuenta en defensa. Los destellos de garra eran insuficientes para recuperar terreno porque los de Pablo Pin estiraban su cuenta anotadora con relativa facilidad. El Pazo esperaba ansioso y nervioso por la necesaria metamorfosis para la remontada. Lo puso todo de su parte para llevarla a cabo y el equipo se esforzó por corresponder. 58-63 a tres minutos de la conclusión de la manga con Hilliard y Atic tirando del carro. Fue un espejismo. Terminado el cuarto, el Granada seguía con la iniciativa en el marcador: 62-69.
Diez minutos tenían por delante los anfitriones para espabilar y evitar un doloroso revés. Echaba el resto el Pazo y lo intentaba el equipo, pero con más corazón que cabeza. 62-72 cuando restaban ocho minutos. En el Granada,Bamforth exhibía sus galones y Wiley y Noua eran los claros dominadores en el poste bajo. El tiempo se agotaba y seguía sin haber visos de que las cosas pudieran cambiar. El Breo carecía de continuidad en su juego y no era capaz, si quiera, de generar miedo en el bando visitante. Con un par de triples, Bamforth apagaba definitivamente la llama de la esperanza en un conjunto local al que se le hizo especialmente duro el tramo final por la crispación del Pazo.