Mirar hacia delante y vivir el presente. Siempre. Es la receta obligada para cualquier equipo. Había que hacerlo así antes y toca continuar en esa línea tras la brillantísima victoria del pasado fin de semana en el Pazo ante el FC Barcelona. Triunfo necesario, balsámico, jugando y compitiendo a un excelente nivel. De eso, de intentar jugar lo mejor posible y de competir siempre al límite de tus posibilidades, se trata. Porque lo de ganar es una posibilidad que, cómo no, todo el mundo busca, pero lo de competir es obligación y condición necesaria en este deporte.
Hay que hacer las maletas de nuevo y viajar a Murcia. Enfrente, un rival que exige mucho, subcampeón de la pasada Liga Endesa. Más allá de tópicos que en ocasiones no son ciertos, e UCAM es un equipo sólido, competitivo, duro, talentoso, con una importante continuidad en su estructura y que sabe bien a lo que juega. Con un entrenador, Sito Alonso, coherente con sus ideas y que saca siempre el máximo rendimiento de sus equipos. Con muchas opciones ofensivas y sólidos conceptos. Con una defensa agresiva, inteligente y plagada de trampas tácticas. Con un róster capaz, equilibrado y de calidad. Mucho juego en la línea exterior: Dylan Ennis, Arturs Kurucs, Rodions Kurucs, Howard Sant-Roos, Ludde Kakanson y Jonah Radebaugh. Un juego interior físico, duro e inteligente capitaneado por Simon Birgander, a quien escoltan Vladimir Brodziansky, Moussa Diagne, Marko Todorovic y Nemanja Radovic.
Un equipo de ritmo alto que construye siempre desde su defensa, así que no queda otra que atacar bien, con equilibrio, buena calidad de pase y de espacios, paciencia y actividad, cuidando mucho las posesiones y las pérdidas. Porque si atacas bien, defenderás mejor, y así lograrás minimizas una de sus grandes fortalezas, que no es otra que el juego en movimiento. Importante será también controlar los básicos, especialmente el rebote, el uno contra uno y la defensa de las recuperaciones. Hay que entender el encuentro como una (otra) gran oportunidad de seguir compitiendo, creciendo y mejorando.
Complicado es, claro, pero posible también. Mucha suerte, breoganistas.