Sin respiro, que sinceramente creo que es lo mejor en el tiempo presente, continúa el Río Breogán su camino por la Liga Endesa, recibiendo en el Pazo a un grande entre los grandes, el FC Barcelona. Partido de máxima exigencia en un contexto nada positivo ni favorable. Asumida la realidad, toca afrontarla con personalidad, resiliencia y, sobre todo, baloncesto. Porque modernismos aparte, que quedan bien pero realmente no sirven para nada, no hay otra receta.
Un buen punto de apoyo, sin el que no hay nada, está en el partido del jueves frente al La Laguna Tenerife. Quedarse con todo lo positivo y aferrarse a ello para seguir en ese camino que se hace duro y que solo resisten los duros. Se pueden dar todas las vueltas que se deseen a cuestiones tácticas, que las hay, y muchas, pero ahora lo mental y la predisposición resultan factores esenciales. Hacer de la necesidad virtud. Ser inteligentes, mostrar madurez y enseñar de qué pasta estás hecho.
Asumir una situación complicada y desfavorable es el primer y decisivo paso para salir de ella. Sin prisa, pero sin pausa, poniéndose a ello ya sin dejar nada para mañana, con una unidad interna máxima, siendo un equipo con mayúsculas, aparcando cualquier tema individual para poner toda la energía al servicio del bien común; sabiendo que lo que importa de verdad es el proceso, el trabajo diario y las pequeñas mejoras que llevarán a lograr el objetivo. Hay mucho por recorrer y, por complicado que sea el momento actual, tiempo de sobra para revertirlo. Por eso, por encima del resultado inmediato, aunque conviene ganar cuanto antes, lo decisivo estará en tu nivel de competitividad porque eso es lo que te llevará al siguiente punto. Si lo haces bien, mejorarás y lo lograrás.
Luego llega lo táctico: las normas defensivas, el rebote, los uno contra uno, la calidad del ataque, los espacios, el ritmo... Pero todo partirá del estado de ánimo, de los deseos, de las ganas y de la confianza en los que tienes a tu lado. En tiempos en los que se desprecian valores eternos y cualquiera puede ser considerado especialista, conviene tener presente que lo que siempre funcionó, siempre servirá. No hay nada mejor que creer y hacerlo juntos.
Enfrente, un equipo aspirante, con buena lógica, a ganarlo todo, con mucho baloncesto del bueno en todas sus posiciones, pero no imbatible. Que se haga lo difícil y lo ilógico desde la compleja simplicidad. Como un decía un sabio entrenador, ‘prefiero que seamos realmente simples y hagamos bien lo que sabemos hacer bien, a que seamos complicados y no hagamos bien nada’. Me parece una gran frase y un excelente punto de partida para iniciar la recuperación.