El equipo celeste recuperó una desventaja de 12 puntos en el último cuarto y, como ante el Lleida, desperdició la posesión con la que pudo haber ganado
07 nov 2024 . Actualizado a las 23:15 h.El Río Breogán volvió a ahogarse en la orilla. En un final prácticamente calcado al del partido ante el Lleida, dispuso de una última posesión para ganar el partido y la desperdició. En esta ocasión de 25 segundos y con 78-79 en el marcador. Subió el balón Moore y esta vez se la jugó Hilliard desde más allá de la línea de 6,75, pero el aro escupió el cuero y la notable mejoría en el último acto, con la consiguiente remontada, no dejó premio: 78-79
.Sin presentaciones ni actos protocolarios previos, el partido se reanudó con el mismo escenario que se interrumpió. Posesión para los de Txus Vidorreta, 7 minutos y 53 segundos para el descanso y dos quintetos muy distintos a los que habían comenzado el choque. El Breo reapareció con un único titular, Charlie Moore; el Tenerife, con solo dos, Kramer y Fitipaldo —y con la baja de Sastre por la fractura del tabique nasal que sufrió el día anterior en el entrenamiento en Lugo—. Así estaba el duelo cuando la condensación obligó a parar y así se reinició.
Eric Vila deshizo las tablas asistido por Hilliard y Shermadini volvió a igualar las cosas. Con 27-29 y después de solo tres minutos gastados, Txus Vidorreta optó por detener el partido para hacer ajustes. Sacó a escena al inoxidable Marcelinho Huertas, pero el Breo, lejos de amilanarse, enchufó dos triples por medio de Jordan Davis y Charlie Moore. Tras un perfecta conexión de Huertas y Guerra, y con 33-35 en el electrónico, fue Veljko Mrsic el que ordenó la pausa y el posterior ingreso de Nakic y Atic. Poco después, Aranitovic a cancha en busca de más luz en la zona contraria. Un triple de Atic puso el broche a un segundo cuarto que le supo a poco al Pazo, que rugía, si cabe, con más entusiasmo del habitual para evitar el desánimo en los suyos tras lo sucedido en Zaragoza. Al descanso, victoria visitante por la mínima: 36-37.
Tras el asueto apareció Sakho —con dos faltas personales— para emparejarse con Shermadini y el Breo volvería a tomar la delantera con un triple de Moore. En defensa se entregaban los lucenses, que no dudaban en recurrir a las faltas para evitar canastas cómodas del adversario. Dos aciertos consecutivos desde más allá de la línea de 6,75 de Doornekamp provocaron el tiempo muerto de Mrsic (46-52). Fitipaldo y Guerra se asociaban para romper la muralla defensiva que levantaban los locales, precipitados e imprecisos en el aro contrario. La pájara ofensiva de los celestes en el tramo final de la manga no la desaprovecharía el Tenerife, empujado por Fitipaldo, para dar un buen bocado al marcador, situarse con nueve puntos arriba (54-63) y, finalmente, afrontar el acto definitivo con una renta de siete tantos: 56-63.
Fitipaldo no perdía la puntería, el Breo seguía atascado y Mrsic trató de invertir la situación tras un parcial inicial de 0-5 con el que Tenerife alcanzaba su máxima diferencia (56-68). Ahí comenzó la transformación. Sus pupilos se volcaron en la remontada. A base de coraje, entrega y algunas dosis de calidad fueron estrecharon las diferencias hasta que Aranitovic, con un triple, devolvió las tablas al marcador (74-74) a falta de un minuto y medio. Otro final cardíaco en el Pazo. Sakho respondió a cada canasta del Tenerife y Hilliard asumió la responsabilidad en la última posesión, pero con idéntica suerte que Moore ante el Lleida.