
El cansancio, el bajón de McLemore y la irrupción de Campazzo y Tavares en los 10 minutos finales inclinaron el partido hacia el bando madridista
11 feb 2024 . Actualizado a las 16:48 h.A punto estuvo el Río Breogán de protagonizar otra gesta ante el Real Madrid. La tuvo cerca. Durante 30 minutos creyó e hizo méritos, pero en la manga definitiva acusó el desgaste, encadenó demasiadas pérdidas y el líder de la ACB se agarró al talento individual de sus estrellas para llevarse la victoria de un Pazo a reventar y incansable en su apoyo a los celestes.
A punto estuvo Martynas Sajus de ganar el salto inicial al gigante Tavares. Campazzo falló el primer lanzamiento a canasta del partido y Momirov inauguró el marcador del Pazo. El partido tomó un cauce más que esperanzador para los lucenses. El control del rebote y una pegajosa defensa le permitían llevar la iniciativa en el marcador. Un triple con tiro adicional incluido de Toni Nakic abrió la primera brecha en el marcador (8-3). El conjunto blanco se mostraba incómodo e impreciso. Sufría para encontrar líneas de pase, propiciar superioridades y enlazar canastas. El talento individual era su mejor recurso. Mrsic refrescaba al equipo. Antes de terminar el primer período ya no había en pista ninguno de los efectivos del quinteto titular. El ritmo era asfixiante y convenía el descanso.
El Pazo empujaba. Y con más entusiasmo que nunca porque el Breo estaba ejecutando a la perfección el plan trazado para consumar la hazaña. La defensa era el pilar de un equipo lucense que llegó a ganar por 11 puntos (21-10), obligó a Chus Mateo a llamar al orden a su equipo y que cerró la primera manga con un marcador que cualquier aficionado hubiera firmado: 24-15.
Dzanan Musa, aclamado por la grada, entró en acción en el primer cuarto y fue protagonista en el arranque del segundo acto con cuatro puntos consecutivos —un triple y un tiro libre— que ponían más cerca al Madrid. Llull, desde fuera del arco de 6,75, apretaba todavía más el marcador (26-22). No esperó más Veljko Mrsic y solicitó una pausa para hacer arreglos. Su equipo recuperó la estabilidad. McLemore y Momirov convirtieron sendos triples para evitar que el coloso madridista se viniese arriba. Pero el caudal ofensivo de los blancos es inagotable. Con un par de triples de Llull y una buena acción interior de Musa, el líder tomaba ventaja en el marcador por primera vez (36-37). Apenas quedaban dos minutos para el intermedio. El Pazo no perdía la ilusión y clamaba contra el arbitraje por la permisividad en la defensa del Madrid. En el ecuador, el Río Breogán echaba por tierra los pronósticos: 42-39.
El partido se reanudó con Tavares abriendo su cuenta de puntos desde el tiro libre y el equipo local desatado. Parcial de 8-0 con triples de Sergi García y McLemore y un contragolpe culminado por Nakic. El Breo volvía a despegar (50-41) y Chus Mateo paró el choque. Todo parecía de cara para el Breo. Las estrellas madridistas estaban apagadas y Ben McLemore seguía empeñando en festejar su cumpleaños como héroe de otra gesta breoganista ante el Real Madrid. Pero se temía una reacción madridista y llegó con un parcial de 0-7 con Llull como protagonista. Fueron momentos de desesperación y frustración para los celestes, atascados si el balón no pasaba por las manos de McLemore y que, pese a todo, continuaban por delante en el marcador al término del tercer período: 57-54.
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Hezonja, uno de los francotiradores más precisos de Europa, convirtió sus primeros puntos en el inicio de la última manga, McLemore acusaba el desgaste y el Madrid volvía a ponerse por delante por segunda ocasión en el encuentro (57-58). Se habían consumido más de tres minutos y el Breogán aún no había anotado. Mrsic tampoco se demoró en este bache y pidió tiempo muerto. El parcial fue de 0-6. Lo cortó Jogela con un triple. Pasaba el tiempo y la igualdad seguía, si bien se habían levantado sospechas en el Pazo porque Tavares empezaba a dominar con autoridad el juego interior. La irrupción del pívot caboverdiano y del Facu Campazo acabaron por consumir las esperanzas de un Río Breogán con el depósito de energías en la reserva. Con 71-74 y a falta de apenas minuto y medio para el final, una pérdida de Momirov que provocó el contraataque blanco dejó el partido visto para sentencia.No corrió peligro el triunfo del líder en los compases finales.