Quizás haya que recalcular objetivos para, al menos, soñar

Julio González

FORZA BREO

ALBERTO LÓPEZ

29 ene 2023 . Actualizado a las 17:34 h.

El Río Breogán buscaba la novena victoria de la temporada ante un Covirán Granada que lo había derrotado por diez puntos en la primera vuelta. Dos eran pues los objetivos del equipo lucense, que quedaron desactualizados desde que consiguió la primera ventaja en el primer cuarto: ganar, y hacerlo por más de 10 a ser posible.

El equipo lucense salió con su ya habitual sólida defensa. Con eso y su también habitual intensidad, comenzó a abrir brecha en el marcador, hasta infligir un durísimo 29-12 al final del primer cuarto. Mejoró estos guarismos en el segundo, con otro 30-12, para llegar al descanso con un 59-24 que lo decía todo. La superioridad breoganista fue tan patente en este primer tiempo que el equipo rival parecía por veces un juguete en manos de los de casa. Restaba por ver la actitud con la que ambos equipos saldrían a la pista en el segundo tiempo y lo cierto es que el tercer cuarto, con 24-18, y sobre todo en el último, con 16-25, mejoraron las estadísticas del equipo rival, pero nos referimos a unas estadísticas de serie “B”, no homologables con las reales. El Río Breogán, y esto es lo mejor tras la victoria, nunca se relajó, ni tan siquiera tras ir ganando por 41 puntos. Su pérdida de eficacia en el juego y de diferencia en el marcador vino por la precipitación en algunas de sus jugadas y por sus ganas de agradar al público, una vez que era evidente que el partido y el basketverage se quedarían en casa. Mrsic cambiaba a sus jugadores y los reprendía cuando perdían posesiones o lanzaban sin criterio, y el equipo respondía a sus indicaciones. Ni más ni menos que 10 puntos al contraataque, por cero del rival, consiguió el equipo celeste. Sus robos de balón, su juego combinativo en el poste bajo y, por momentos, su eficiencia en el tiro, resultaron rayanos en el abuso.

Pésima imagen del Granada

El Granada ofreció una pésima imagen, tan solo Lluís Costa parecía sobrevivir al naufragio nazarí. Lo mejor que se puede decir es que quizá hayan tocado fondo y en el Pazo, porque es difícil pensar que puedan conseguir victorias con tantas carencias como mostraron en Lugo. Es destacable, eso sí, la exquisita deportividad con la que se comportaron sus jugadores, sin malos gestos ni acciones violentas que a veces se ven en partidos así. Los de casa rozan ya en enero su objetivo primario, tras salvar un partido definitorio de sus posibilidades en esta liga. Hay que ir partido a partido, pero quizás haya que recalcular objetivos para al menos soñar.

Pablo Pin se responsabiliza del serio correctivo a su equipo en el Pazo

Pablo Pin, entrenador del Covirán Granada, se responsabilizó de la abultada derrota (99-67) de su equipo ante el Río Breogán en el Pazo dos Deportes de Lugo, donde sus jugadores cometieron muchas pérdidas y permitieron canastas fáciles. Aseguró que no supo transmitir «el nivel de dureza física y mental» que requería el escenario en el que encajaron su décima derrota consecutiva. «El Breogán hizo un partidazo desde la primera a la última jugada y mi sensación es que empezamos sin controlar el balón y nos anotaron muchísimos puntos después de pérdida», dijo sobre los primeros cuartos del partido. «Fuimos incapaces de jugar cómodos, el Breogán nos provocó muchas pérdidas, y me voy con la sensación de responsabilidad, de no haber transmitido durante la semana, a pesar de haber jugado muchas veces aquí, el nivel de dureza física y mental que hay que tener para jugar en esta pista y nuestro inicio dubitativo hizo que el Breogán cogiera ritmo y así es muy difícil de parar», admitió.