El Breogán aplasta al Granada luciendo una defensa de hierro y un ataque demoledor (99-67)

FORZA BREO

ALBERTO LÓPEZ

Los lucenses cogieron vuelo con un parcial de 22-0 en el primer cuarto y llegaron a dominar por 41 puntos

03 feb 2023 . Actualizado a las 21:09 h.

Llevaba tiempo el Pazo sin asistir a un festival de semejante calado. El delirio fue continuo ante un Covirán Granada despedazado por un Río Breogán que levantó una barreta de hormigón en su canasta y acribilló sin piedad la contraria. Lo hizo de todas las formas y maneras, pero sobre todo con rápidas y bien elaboradas transiciones generadas con su sobresaliente trabajo defensivo. La novena victoria de la temporada sitúa al equipo lucense mucho más cerca del listón que marca la permanencia en la Liga Endesa.

La importancia que se le daba al partido por parte del Breo, a pesar de tener la salvación perfectamente encarrilada, era tal que poco después del primer minuto, y con 2-2 en el electrónico, Veljko Mrsic ya pidió la revisión de un saque de fondo que los colegiados habían concedido a los nazaríes. Renfroe estableció el 2-4 en el poste bajo y la respuesta de los lucenses no se hizo esperar y fue arrolladora. Muy arrolladora. Parcial de 22-0 en algo más de cinco minutos de fantasía. Defensa impenetrable y contragolpes vertiginosos y letales. Pablo Pin no encontraba la manera de aplacar el vendaval celeste y asistía perplejo al festival de los celestes. Fue Ndoye el que volvió a mover el marcador para su equipo en una acción muy protestada por el Pazo y cobrada con canasta y tiro adicional. Oxígeno en forma de puntos para un Granada encogido y asustado por la sobresaliente defensa del Breo, que cerraba la primera manga con una  impensable brecha en el marcador: 29-12.

En la primera pausa la duda era si el Breogán sería capaz de mantener un nivel de juego tan excelso. Y no solo lo consiguió sino que incluso lo perfeccionó. Recital de canastas y buenas defensas para delicia de un Pazo entusiasmado y para desesperación de un Granada abochornado y sin un claro patrón de juego. La diferencia siguió creciendo de forma incesante, cualquiera que fueran los jugadores sobre la cancha, y alcanzó la treintena (50-20) con un parcial de 9-0 del que Erik Quintela fue partícipe directo. Al descanso (59-24) no quedaba ni rastro de la desconfianza que había generado el partido en parte de la afición. En el ecuador del choque, Stefan Momirov era el único de los guerreros de Veljko Mrsic que aún no había estrenado su cuadrícula de puntos y Scott Bamforth, el más adelantado en esa faceta con 11 tantos.

El tercer cuarto arrancó con tres triples consecutivos. Justus Hollatz y Momirov anotaron los dos primeros y la diferencia en el luminoso se fue hasta los 40 puntos (65-24). Un leve reacción nazarí (2-10) animó a Mrsic ha solicitar tiempo muerto y dar un pequeño tirón de orejas a sus hombres, que aún tardarían algunos minutos en volver a enchufarse. Tras la interrupción por la lesión de uno de los colegiados, Happ devolvió el partido a su cauce con cuatro puntos consecutivos. Mrsic, sin embargo, seguía de pie en la banda arengando y corrigiendo al equipo. Prohibida la relajación o el lucimiento personal. El ritmo iba a menos, pero ni así conseguía el Granada neutralizar el abrumador dominio breoganista. Solo el veterano Lluis Costa exhibía cierto rigor en las filas visitantes. El cuarto y definitivo período fue de trámite para los lucenses y otra auténtica tortura para el Granada, que tardará en olvidar su trágico regreso al Pazo. El Breo lo abochornó y estiró su racha de derrotas, que ahora es de diez consecutivas.

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