Un rival fuerte y físico, además de con talento, para el Río Breogán

Chiqui Barros

FORZA BREO

ALEJANDRO CAMBA

30 sep 2022 . Actualizado a las 00:48 h.

Comienza la Liga ACB, una competición extraordinaria, dura, difícil, competitiva y divertida. Poder estar en ella ya es motivo de disfrute. Ahí, con los mejores, estará de nuevo el Río Breogán, un Breogán muy diferente al de la pasada temporada porque solo tres jugadores continúan de la plantilla que tan brillantemente compitió en la campaña anterior. Lo bueno es que dos de ellos, Sergi Quintela y Erik Quintela, son el corazón y el alma del grupo y por ahí ya se puede empezar a reconstruir.

Este año veremos seguro un equipo diferente y a la vez, paradójicamente, parecido. Diferente porque la plantilla es, a priori, un róster con menor capacidad de anotación, pero a la vez con un mayor despliegue defensivo. Por ahí, presumiblemente, irá la evolución. Parece que veremos un Breo más aplicado en labores defensivas para paliar la falta prevista de facilidad anotadora, así como la capacidad de Dzanan Musa para hacer puntos en el uno contra uno y casi desde la nada. Sin embargo, hay talento suficiente para volver a mostrarse como un equipo muy competitivo y difícil de batir. Y parecido porque llevará el sello del mismo entrenador, con un ataque muy bueno y organizado que maximizará la calidad de sus jugadores.

 Eso sí, el grupo precisa de un tiempo de acoplamiento y muy especialmente un jugador llamado a ser esencial en el rendimiento grupal, el base Justus Hollatz, recién llegado y que irá aumentando sus prestaciones con entrenamientos y con el creciente conocimiento de sus compañeros.

Para empezar, visita al UCAM Murcia, un rival fuerte y físico, además de con talento. También con cambios, aunque no tantos como el Río Breogán. Han perdido a Augusto Lima, pero han construido una plantilla extremadamente competitiva. Además, como todo el mundo sabe, son de los que en casa no cogen prisioneros. Un duro test. Una buena forma de empezar una campaña en la que me apetece mucho ver al Girona de Aíto García Reneses y volver a comprobar cómo influye en el juego el hecho de que los árbitros no tengan que tocar el balón en campo defensivo en determinadas situaciones. Un temporada que se presenta ilusionante. Mucha suerte, que siempre viene bien.