Europa, una moneda con dos caras para conjunto breoganista

Julio González 24 SEGUNDOS

FORZA BREO

22 sep 2022 . Actualizado a las 10:55 h.

Como si de un referéndum se tratase, el breoganismo se dividía estas semanas entre el sí y el no a Europa. La desahogada clasificación de la temporada pasada otorgó el derecho a jugar la fase previa de la BCL. El derecho y también el deber, pues la renuncia a la disputa de las rondas preliminares era implanteable para el club, por los compromisos inherentes a la participación en la ACB. Esta liga, por ser la más fuerte del continente, tiene que mantener su prestigio, y sus equipos deben estar preparados para dar la talla en Europa, si son llamados a ella.

A nivel local, los argumentos para el sí y para el no son sobradamente conocidos y, como suele ocurrir, en todos ellos hay parte de razón. La anterior aventura europea también tuvo detractores. Pero entonces, además del tema económico también pesaba el potencial de aquella copa Korac, que coexistía con la Copa de Europa y con la Recopa. Realmente, un equipo como aquel Breogán, con poco fondo de armario y con la enfermería activa, llegaba muy justo a aquella fiesta. Siendo sinceros, esto no ocurre con la BCL, independientemente de los riesgos del formato de la clasificación.

El Breogán se presentó con una plantilla con un potencial y una profundidad muy dignas para competir sin recurrir a la heroicidad, como sí hubo que hacer en el 85. Hoy el argumento casi único para el no, es la limitación presupuestaria del club, con el riesgo que de cara a la permanencia en la ACB podría suponer el jugar dos competiciones. Cabeza y corazón se enfrentaban en una situación que nuestros vecinos del OAR Ferrol vivieron en tres temporadas, o el Ensino la pasada.

Pero tras todas las tribulaciones de la etapa LEB, bien se merecía el aficionado poder discutir sobre este bendito problema y, ya que estamos, disfrutar de una nueva visita a Belgrado, porque la casualidad ha querido que se repita visita a la mítica cancha balcánica. ¡Cuántas y qué pocas cosas han cambiado en treinta y siete años! Esas que no han cambiado son las que nos siguen penalizando a todos los habitantes de la llamada Galicia interior. No es tanto por el tamaño de la ciudad, sino por la falta de infraestructuras que, a su vez, incide en el tamaño de la ciudad y en el potencial de la provincia. Esa presencia tozuda, a contracorriente, del club lucense en el primer plano deportivo durante tantos años, cataliza el orgullo local celeste, a veces mal entendido intra y extramuros. Ojalá la aventura continúe pronto.