82-85 | La baja de Bell-Haynes, sumada a la de Musa, mermó todavía más al equipo lucense
28 abr 2022 . Actualizado a las 20:12 h.Si ganar sin Musa se consideraba todo un reto para el Río Breogán, hacerlo con Bell-Haynes también en la grada por problemas físicos ya se entendía como una quimera en el Pazo. Sin embargo, a punto estuvieron los guerreros breoganistas de sorprender a su hinchada. Remaron al unísono sin descanso durante todo el choque, pero naufragaron en la orilla víctimas del cansancio y los triples de un Zaragoza que se fue con media salvación en el bolsillo. Sin el director de juego principal, Erik Quintela asumió el timón y compartió tarea con su hermano Sergi y Kalinoski a lo largo de un encuentro que comenzó con duras disputas en el poste bajo e imprecisiones. No era fácil anotar y cada balón suelto desataba fuertes batallas en cualquier zona de la cancha. Ferrari y Mekowulu, los dos últimos refuerzos visitantes y héroes en las victorias sobre el Obra y el Barça, apenas se hacían notar, mientras que en el Breo todos se esforzaban por dar ese paso adelante que pidió el técnico para contrarrestar las carencias que pudieran destapar laa ausencia de Musa y Bell-Haynes. La poca efectividad en los triples fue el mayor déficit del Breo en los primeros 10 minutos.
Los dos equipos aflojaron ligeramente el corsé en el segundo acto. Creció el dinamismo y el ritmo anotador. También el acierto desde más allá de la línea de 6,75. Especialmente en el conjunto visitante, que le valió para neutralizar cada intento de despegue de un Breogán siempre aferrado a la fuerza del colectivo para no ceder terreno.
A su manera, ningún equipo claudicaba a los arreones del otro. El Breo, con balones interiores sobre Lukovic, Mahalbasic y Sakho, dominadores en la pintura; el Zaragoza, con los triples de Kilpatrich y la buena mano de Waczynski, así comola buena dirección de Ferrari. El equipo de Sakhota cogió una buena renta en el último cuarto que parecía ser definitiva (76-83), pero un triple de Erik Quintela y otro de Tyler Kalinoski volvieron a apretar las cosas. La victoria iba a decidirse en el cara o cruz. Waczynski puso a su equipo tres puntos arriba a 10 segundos del final (82-85). El Zaragoza negó el triple a Kalinoski y lo intentó Mahalbasic, pero sin éxito.
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