La ausencia del jugador bosnio fue un serio lastre para los lucenses en un partido muy cómodo para los madridistas
22 abr 2022 . Actualizado a las 19:07 h.Sin Dzanan Musa, el Río Breogán es mucho más vunerable. Sus puntos y todo lo aporta son factores diferenciales en un equipo que añoró a su estrella en el WiZink Center y cayó por 90-65 ante un Real Madrid que jugó a placer desde el primer minuto. La superioridad local fue muy clara y el choque estaba prácticamente sentenciado en el descanso. cuando el marcador reflejaba una diferencia de 24 puntos en favor de los de Pablo Laso: 53-29. Diez minutos después, la ventaja había crecido hasta los 32 puntos: 77-45.
Como en el pulso copero, el equipo celeste saltó al parqué asustado, con escasa convicción y demasiado blando en el cuerpo a cuerpo. Su balance defensivo no era bueno, como tampoco su acierto en los triples (1 de 7) ni su energía en la pintura, donde Tavares enseguida arrebató el protagonismo a un Rasid Mahalbasic que abrió el marcador y repartió un par de excelentes asistencias. Recién atravesado el ecuador del primer asalto, Veljlko Mrsic ya tuvo que llamar al orden a sus jugadores porque el Real Madrid jugaba a placer y despegaba en el electrónico (15-6). El técnico breoganista optó por Jordan Sakho para neutralizar la clara desventaja en el poste bajo y por Agustín Ubal para ganar dinamismo en los ataques, pero el encuentro continuó por los mismos derroteros. El Breo solo era mejor que los blancos en el rebote ofensivo, pero eso no le permitía estrechar las diferencias.
El segundo cuarto discurrió entre impulsos. Uno inicial de los de Pablo Laso con el que consiguieron disparar su ventaja hasta los 20 puntos (34-14), otro posterior de los lucenses, que lograron un parcial de 3-11, y un último de los madridistas que tuvo su origen en una antideportiva de Mahalbasic sobre Williams-Goss. Los de Pablo Laso volvieron a pisar a fondo el acelerador en la recta final de la manga y se llegó al descanso con un marcador que dejaba en evidencia al Breo y hablaba a las claras de la superioridad local: 53-29.
El reposo nada cambió. El Real Madrid no daba tregua y castigaba sin piedad la poca contundencia de un Río Breogán que parecía entregado. Encontrar posiciones cómodas de anotación era un calvario para los pupilos de Mrsic, que veían cómo su adversario necesitaba bien poco para subir puntos a su cuadrícula y no perdía puntería en los lanzamientos triples. El tercer asalto concluyó con la mayor ventaja en el partido de los madridistas: 77-45.
El porcentaje de acierto de los locales desde más allá de la línea de 6,75 se desplomó en la última manga —ningún acierto en los siete primeros lanzamientos—, lo que aprovechó el Breo para reducir las desventaja y caer con un poco más de honor ante un adversario que la próxima semana comienza la serie con el Maccabi por un plaza en la fase final de la Euroliga.
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