Buen defensor y gran anotador, el escolta es uno de los mejores activos del Breo
12 nov 2021 . Actualizado a las 20:06 h.Repitió el Río Breogán una remontada eléctrica similar a la del día del Real Madrid, aunque con un final más feliz. Esta vez, ante el Gran Canaria, lo hizo en poco tiempo. Al equipo celeste le bastó un tercio del partido para apabullar a los canarios y solo cinco minutos, quizás algo menos, para endosarles un parcial de 13-0. En las posiciones de base y escolta estaban jugando Bell-Haynes y Kalinoski, y me vino a la memoria el nefasto curso 2018-2019, el del último descenso a la LEB Oro. Durante todo el campeonato jugamos con un agujero negro en esas posiciones, sobre todo a partir de cortar a Tarence Kinsey porque, según los bien informados, era un amante de la nocturnidad. ¿Será casualidad que esta temporada todo funcione con dos excelentes jugadores en esas posiciones?
Bell-Haynes ya había disfrutado del éxito y el reconocimiento. Sin embargo, Tyler Kalinoski parece haber surgido de repente, lo cual, ni mucho menos, es cierto. Otra cosa es que su papel fuese menor. El escolta de Cincinnati fue decisivo también en la victoria contra el UCAM Murcia. Ese día jugó unos 20 minutos, más o menos su promedio hasta entonces. No salía en el cinco inicial, no podía realizar muchos tiros y el balón apenas pasaba por sus manos. Pero el silencioso Kalinoski se salió el sábado, anotando 23 puntos, suficiente aportación para ser descubierto en su verdadera dimensión. Los amantes de juzgar solo por los números estarán felices. Pero el norteamericano, además de ser un extraordinario lanzador, rompe también el mantra de «buen tirador, mal defensor». Defiende como un poseso, y lo hace desde que llegó, aunque necesitó levantar un partido y hartarse de anotar para que muchos se dieran cuenta de que es uno de los principales activos de este Breogán.
Lo más importante es que está feliz en el equipo y que ha dejado claro en una semana que es algo más que una rotación en la plantilla de Paco Olmos.