El Real Madrid sufre en el Pazo: 71-79

FORZA BREO

Óscar Cela

Ahogado por el Breogán en el primer cuarto, el equipo madridista fue incapaz de despegarse después y en la última manga se agarró a su oficio y calidad individual

24 oct 2021 . Actualizado a las 11:51 h.

Como ante el Barça en el Palau, el Río Breogán volvió a ahogarse en la orilla. Ante el Real Madrid claudicó de nuevo en el tramo final, después un partido que comenzó de manera brillante y en el soportó con un esfuerzo titánico los continuos arreones del rival, incapaz de despegarse definitivamente en el marcador incluso cuando ajustó su punto de mira en los triples. Los de Pablo Laso fueron mejores en el segundo y el tercer cuarto, y en la última manga sobrevivieron a la presión ambiental del Pazo y a la reacción del Breo agarrados a su oficio, el músculo en el poste bajo y la calidad individual de sus exteriores.

El nivel defensivo del Río Breogán en la primera manga rozó la excelencia. En varios ataques, el equipo madridista ni siquiera pudo lanzar a canasta y en otros muchos, sus tiros fueron forzados, con un jugador breoganista encima. La defensa en zona que ordenó Paco Olmos fue una tortura para un Real Madrid que, por si fuera poco, tenía el punto de mira muy desviado en los triples (2 de 10). El Breo, por el contrario, disfrutaba llevando al límite al gigante blanco y corriendo como galgos hacia el aro contrario. Así generó su primera canasta, obra de Sergi Quintela, que dio a los celestes su primera ventaja. A la avalancha breoganista no podía faltar Musa, que dejó varias penetraciones marca de la casa dejando en evidencia la solidez del Madrid en los 10 primeros minutos, que tampoco pudieron solucionar soldados ya curtidos en mil batallas como Vicent Poirier y el gallego Alberto Abalde, que saltaron al parqué cuando los anfitriones alcanzaron su mayor renta en el encuentro (15-6).

El Pazo era una fiesta después de 10 minutos. El Breo había levantado una enorme muralla en su zona y el Madrid estaba contra las cuerdas. Pero la temperatura ambiental sufrió un buen bajón en el arranque del segundo período. William-Goss dio más sentido al juego madridista, Sergio Llul apareció en escena, Yabusele empezó a enchufarlas desde el triple y los blancos voltearon el marcador en un periquete con un parcial de 4-15 que les ponía por delante en el electrónico por primera vez en el partido (24-27). En los momentos de mayor debilidad, Bell-Haynes era el único en el Breo con ideas para no perder el rastro del Madrid.

Rudy Fernández, inédito hasta el descanso, apareció en el tercer cuarto y fue el pilar más sólido de su equipo. Convirtió tres triples y realizó una extraordinaria defensa sobre Musa, que solo pudo anotar desde el tiro libre y en muchos momentos le pudo la ansiedad por anotar. Con el jugador bosnio fuera de servicio, Mahalbasic superado por los centímetros de Poirier y Tavares y Lukovic falto de ritmo, Sergi Quintela y Bell-Haynes absorbieron casi todo el protagonismo del Breo en el tercer cuarto, que concluyó con dos grandes acciones individuales de Thomas Heurtel y una suculenta ventaja para los visitantes en el marcador: 51-63.

La afición del Pazo había perdido casi todas sus esperanzas. Consideraban insalvable una diferencia de 12 puntos ante la que para muchos es la mejor plantilla de Europa. Pero a poco menos de cinco minutos para el final volvía a rugir como el principio. La remontada ya no se veía imposible, gracias a la inspiración ofensiva de Kalinoski, autor de 9 puntos en la manga definitiva,y de Bell-Haynes y a la defensa numantina de todo el equipo. Un triple de Dzanan Musa situaba al Breo a solo cuatro puntos (68-72) a falta de tres minutos, y una posterior canasta de Kalinosli estrechaba todavía más el marcador (70-72). Fue entonces cuando Sergio Llul tiró de galones y con siete puntos consecutivos enterró las ilusiones del ejército de Paco Olmos y de los más de 4.000 espectadores congregados en el Pazo, que despidieron a los suyos con una atronadora ovación.