Esta ha sido la semana de las recomendaciones y valoraciones. Cualquier integrante de algún estamento del Breogán, sea jugador o dirigente, parece haber recibido la consigna de hablar de humildad, de no creérselo y de poner los pies en el suelo. El topicazo y rollo habitual. ¿De verdad que con solo tres partidos disputados y dos victorias hay alguien tan obtuso que piense que esto va a ser una fiesta hasta el final? Un equipo con siete jugadores procedentes de la LEB, con muy pocos o solamente uno con efímero paso por la ACB, ¿ya va a dejar de matarse por prolongar hasta el final de su carrera su condición de jugador de ACB? No conozco ningún tonto en la plantilla del Breo.
Lo mismo ocurre con las estadísticas y las valoraciones prematuras de una carrera que no ha llegado ni al 10 % de su recorrido. Y como remate, el runrún que plantea dudas sobre el valor real de Musa, un cohete el día de su estreno, lo que provocó una euforia quizás desmedida, y dos actuaciones de ser humano normal.
Me hago la siguiente lectura. Si con Dzanan en tono normal-bajo se ganó con la gorra en Burgos y en Barcelona, pese a la derrota, se jugó un excelente partido, es una gran noticia. No se depende de un solo jugador para ganar y jugar bien, y con el bosnio en grado superlativo habrá que sudar, y mucho, para derrotar al Breogán.
Y para los que vieron hace una semana en naufragio del Betis y piensan en una repetición de aquel caos, entre los que no intuyo a nadie de la plantilla, recordarles que entre la Olimpiada de Tokio y Afrobasket ha habido desiguales pretemporadas y se están produciendo resultados nada habituales en la Liga Endesa. Recordarles también que los andaluces tienen en su róster excelentes jugadores, que Joan Plaza es un magnífico entrenador y que todos ellos vienen heridos.
Ojalá me equivoque, pero el partido en el que muchos piensan no creo que coincida con el que vamos a presenciar.