dre Madrid se regresó con buenas sensaciones, que no dan victorias pero ayudan a generar buen ambiente y confianza en la plantilla. Sin exageraciones. Desde el club llegan mensajes que tal parece que el equipo regresaba de la guerra, pero lo que sí es verdad es que lo hacían con la satisfacción que produce jugar bien ante un rival muy exigente como es el conjunto madridista en el inicio de esta mini gira que nos lleva por Madrid y Valencia para plantar cara a dos de los equipos más fuertes en la actualidad de la Liga.
En el Wiznik Center lamentamos la ausencia de Ochefu, cuando era el partido ideal para tener una valoración fiable de un jugador que está claro que su hábitat está cerca del aro, que cuando mira de lejos la canasta está incómodo y al que un jugador como Tavares, o también Gustavo Ayón, le habría hecho jugar en su salsa.
Ahora se acerca la madre de todas las batallas que tendrá lugar en el Pazo Universitario los próximos 9 y 12 de mayo, aunque previamente viajaremos a Valencia. Antes de todo esto diría que el Breogán juega otro partido muy importante esta noche en Madrid. Una victoria de Unicaja frente a Estudiantes nos vendría de maravilla para compensar el palo ocasionado por el triunfo del Murcia en Manresa. A estas alturas cualquier ayuda se agradece, aunque la mejor ayuda es hacer bien tu trabajo.
La Liga Endesa se encamina hacia un tremendo final. El desgraciado basketaverage del Breogán obliga, casi con total seguridad, a lograr una victoria más que los rivales. Así que lo dicho tantas veces: en Lugo esá la solución o, en el peor de los casos, la posibilidad de llegar vivos a Andorra. Pero sin olvidar que en Valencia tenemos la primera posibilidad de victoria; muy difícil, pero habrá que pelearla.