El Breogán despide a Lezkano, el guía del regreso a la ACB

I.MEITIÍN BUJÁN

FORZA BREO

ALBERTO LÓPEZ

Tito Díaz y el asturiano Arturo Álvarez encabezan la lista de candidatos del club para sustituirle en el banquillo

19 mar 2019 . Actualizado a las 14:03 h.

Parecía cantado. La permanencia de Natxo Lezkano en el banquillo del Cafés Candelas Breogán pendía de un hilo tras el dramático naufragio en la cancha del colista y apenas 24 horas después de la derrota por 100-65 ante el Delteco su despido ya era una decisión firme del consejo de administración del club. Los dirigentes aprobaron «por unanimidad» la destitución de uno de los héroes del regreso a la máxima competición nacional (ACB) después de doce largos años de ausencia. Su sustituto era una incógnita anoche al cierre de esta edición, aunque los nombres de Tito Díaz y Arturo Álvarez eran los mejores colocados en la lista de candidatos que manejan en la cúpula de la entidad breoganista. El primero es un viejo conocido de la afición local por su pasado con la camiseta celeste y carece de experiencia en la élite, mientras que Álvarez es un preparador asturiano de 42 años que entre el 2005 y el 2010 ejerció de ayudante en el Cantabria Lobos, Etosa Alicante, Guipúzcoa y Lucentum, dirigió la pasada temporada al Prat y hasta hace unos días era técnico del Benfica en el campeonato luso.

Nombres como los de Luis Guil o Zan Tabak también suenan como alternativas para coger el relevo de Natxo Lezkano, que se quedó a las puertas de los 1.000 días con la batuta del cuadro breoganista. En sus 133 semanas al frente del grupo celeste, el estratega de Portugalete festejó 63 victorias y lamentó 37 derrotas en campeonatos nacionales. En su primera campaña el Breogán acabó cuarto en la liga regular de la LEB Oro (24 triunfos y 10 derrotas) y en el posterior play-off de ascenso apeó al Palma en la primera eliminatoria después de cinco intensos partidos y cayó luego a las primeras de cambio ante el San Pablo Burgos. La campaña siguiente fue la mejor de Natxo Lezkano en la ciudad amurallada. El Breogán se proclamó campeón de la LEB Oro, lo que lanzaba a la ACB doce años después, y ponía la guinda al curso conquistando ante su público la Copa Princesa venciendo por 90-86 al Manresa. De vuelta en la élite, las lesiones fueron un lastre desde el inicio para un Breogán en puestos de descenso.

Natxo Lezkano cerró de forma definitiva su etapa en el Breogán con una rueda de prensa que intentó por todos los medios que fuera «breve, sencilla y amable». Por esa razón evitó valorar si esperaba el despido tras la debacle en la pista del Delteco y si creía justa la decisión del club de prescindir de sus servicios. La comparecencia en soledad del técnico de Portugalete discurrió en su mayoría entre agradecimientos y sus vivencias en Lugo. «Me voy con la sensación de haber vivido momentos muy especiales para este club, que ha sido una parte importante de mi vida (...) A partir de ahora soy un breoganista más y creo que pudo irme con la cabeza bien alta», manifestó.

También destacó el ambiente del Pazo ?«cada vez que iba allí era una gozada», subrayó? y sus intentos para engrandecer un Breogán con el que ganó tres títulos «si contamos la Copa Galicia, que me dijeron que era muy importante». «Como entrenador me gusta siempre dejar un legado y creo que lo he conseguido con el apoyo del club (...) El equipo queda mejor de lo que lo encontré», señaló Lezkano, «abrumado» por los mensajes de apoyo.

Jesús Lázare, el presidente, no quiso dar nombres ni plazos sobre un asunto que tiene en vilo a la fiel y multitudinaria hinchada breoganista. «La idea es que el nuevo entrenador esté aquí cuando antes. Esperamos que entre hoy de noche [por ayer] o mañana», dijo. Y añadió: ««Fue una decisión dura porque Natxo era prácticamente como un amigo y además lo entiendo como un fracaso personal ya que llegó cuando yo me estrené en el cargo».