En el historial de los enfrentamientos entre el Cafés Candelas Breogán y el Valencia Basket en el Pazo Universitario se pueden encontrar actuaciones memorables de algunos de los jugadores que más huella dejaron en Lugo. Claude Riley, el pívot de Texas que maravilló durante tres temporadas en la ciudad amurallada, firmó nada menos que 35 puntos ante el cuadro valenciano en un partido de play-off disputado a principios de mayo del 1992. Con un porcentaje de acierto del 74% en tiros de 2 (17/34) y nueve rebotes en su haber, Riley acabó con 36 puntos de valoración y el Breo se impuso por 98-94. Cabezudo, con 21 puntos, había sido el mejor socio del norteamericano en las filas del conjunto dirigido por José Antonio Figueroa.
En la memoria de la hinchada breoganista también perdura la exhibición de Charlie Bell en una de sus últimas actuaciones con la elástica celeste antes de poner rumbo a los Milwaukee Bucks. El base anotó 40 puntos con 9 de 18 en tiros de dos, 5 de 13 en lanzamientos triples y un pleno de aciertos (7/7) desde la línea de los tiros libres.
Carlos Sanmartín y Jorge Racca fueron otros de los breoganistas que lucieron ante el Valencia en el Pazo. El primero acabó con 32 puntos en el curso 2001-02 y Racca hizo 23 en la 2003-04.