Enseñando a salvar vidas

Antonio Rodríguez

FIRMAS

25 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Con más frecuencia de lo deseable, leemos la noticia de que una persona ha sufrido una parada cardíaca. En la mayor parte de los casos nos informan de que, a pesar de los esfuerzos de los equipos de emergencia, la víctima no ha sobrevivido. ¿Es esto inevitable?

En los últimos años se ha avanzado mucho en el estudio y tratamiento de la parada cardíaca, de modo que en la actualidad se consigue recuperar a muchos ?corazones demasiado jóvenes para morir? mediante las maniobras de reanimación cardiopulmonar (rcp).

Si bien la disponibilidad de profesionales de las emergencias entrenados y coordinados, con medios técnicos (desfibriladores, ambulancias, helicópteros, etc.) es muy importante, se ha demostrado que uno de los factores esenciales para la supervivencia en caso de parada cardíaca es el inicio inmediato de la reanimación básica por parte de cualquier persona que presencie el evento.

Por desgracia, en Galicia, en dos de cada tres casos los ?testigos? no inician la rcp bien sea por no saber cómo se hace un buen masaje cardíaco o por miedo a causarle algún daño a la víctima. Para conseguir que todos seamos conscientes de que ?podemos salvar una vida? se están llevando a cabo programas de formación dirigidos a diversos colectivos como son los escolares (de 11 a 14 años), investigándose también nuevos métodos formativos basados en metodologías audiovisuales y vídeos virales.

Un proyecto de especial relevancia, por su carácter innovador y motivador, es la formación en rcp básica de jóvenes con síndrome de Down. Los resultados de un estudio piloto llevado a cabo en la Fundación Down Compostela por un equipo multidisciplinar han demostrado que con un entrenamiento bien orientado y breve (una hora de duración), dichas personas son capaces de iniciar la rcp alertando a los servicios de emergencia y haciendo de inmediato compresiones torácicas (el llamado ?masaje cardíaco?).

Considero que experiencias como estas deberían estimular nuevos planes para conseguir que todos los ciudadanos sepan cómo salvar una vida, de modo que se consigan cifras de supervivencia similares a las de los países más avanzados.