En el año 2011 no estaba tan extendido el uso de teléfonos móviles inteligentes y programas como WhatsApp. Por ejemplo, en el Grumir de Ribadavia (hoy GES O Ribeiro) no disponían de esta aplicación. Que uno de los participantes en la búsqueda, pariente del herido, pidiera que se intentara la localización de la señal del teléfono dio lugar a diferentes acciones. Entre dudas, cruces de información entre las distintas centrales de comunicaciones, llamadas de ida y vuelta al herido, el tiempo pasó y no se logró el resultado deseado. ¿Y un helicóptero?, preguntó el juez. ¿Por qué no lo pidieron? A nadie se le ocurrió. No había un mando único. Era tarde y apenas hubiera podido ayudar en aquella búsqueda. La familia del fallecido, sea como fuere, ve responsabilidad de la Xunta. Al juez corresponde determinarla y, llegado el caso, concretarla.