Alegría en Ribeira gracias a la visita de un pez de aguas calientes

María Hermida
maría hermida RIBEIRA / LA VOZ

FIRMAS

CARMELA QUEIJEIRO

28 nov 2014 . Actualizado a las 05:12 h.

Se llama melva -científicamente su denominación es Auxis rochei rochei-, es de la familia del atún y lo normal es que habite en aguas tropicales y cálidas, como las del Golfo de México, el Mar Negro o el Mediterráneo. Pero estos días se está dejando querer en la costa gallega, algo que no sucede muy a menudo. El caso es que un buen número de barcos del cerco han dado con ella cuando pescaban desde Fisterra hasta el costado de la isla de Ons. Y la melva ha acabado atrapada en sus redes. Eso se ha traducido en alegría en el puerto de Ribeira. Ayer por la mañana, en Santa Uxía, se descargaron 35.000 kilos de esta especie. Y el día anterior se alijaron 21 toneladas. También en Portosín hubo alguna. Pero mucha menos. El kilo precio medio por kilo fue de poco más de un euro.

¿A qué obedece que la melva, que habitualmente no se deja ver por aquí, ande ahora tan lozana por la costa gallega? Expertos en la materia apuntan alguna hipótesis: «Non deixamos de ver moluscos e outras especies de zonas cálidas por aquí. Cremos que ten que ver co quecemento xeral das augas, hai que lembrar que hai só uns días estaban a vinte graos, e iso non é o normal. A melva debería pescarse de Lisboa para abaixo», señala Jacinto Pérez, miembro del Grupo de Estudos do Medio Mariño.

Sea por lo que fuere, la melva acabó en los barcos ribeirenses. Y, ayer, trabajadores de Peixes e Mariscos Recho, la empresa que compró casi toda la partida de la especie, se afanaban en embalarla. El responsable de la firma señalaba que parte de esas toneladas viajarán hacia Portugal, con destino a conserveras. Y las otras cogerán rumbo a países como Italia, Bulgaria o Rumanía. Muy poca se quedará por la zona.

La melva le ha dado un pequeño alivio al cerco, tocado por no poder capturar sardina y por los problemas con la pesquería de jurel. Aún así, los armadores ayer le ponían algún pero: «Esta especie rompe moito as redes», afirmaba Francisco Ayaso, Manilo.