«Viajar en moto proporciona un contacto directo con la gente»

Xurxo Melchor
xurxo melchor SANTIAGO / LA VOZ

FIRMAS

SANDRA ALONSO

El compostelano presentó su último libro, «Las mejores rutas por el mundo en moto», en la librería Cronopios de Santiago

18 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

No es el primer libro sobre viajes en moto que escribe Fabián C. Barrio (Santiago, 1973), pero ayer presentó el último en la librería Cronopios: Las mejores rutas por el mundo en moto. «El primero fue Salí a dar una vuelta, que se publicó en el 2012», explica.

-Viajar en moto es eso que se sueña cuando se sueña con ser libre, ¿no?

-Viajar en moto, aparte de libertad, te proporciona un contacto mucho más directo con el entorno y con la gente. Cuando hace frío te hielas, cuando hace sol te abrasas, cuando llueve te empapas... Eres mucho más consciente de las imperfecciones del asfalto, porque dependes de ellas, y sobre todo te hace permeable a las personas. No es lo mismo llegar a un sitio en un coche que en una moto. Había niños en Pakistán que me preguntaban si mi moto era un helicóptero. Hace que la gente se abra mucho más y te cuente sus historias.

-Y el mundo se ha puesto difícil para aventurarse por según qué sitios...

-No diría tanto. He pasado por Kirguistán en guerra civil, por Sudán durante la guerra norte-sur, he dormido en territorio FARC en Colombia y en el último viaje pasé por Pakistán escoltado en caravana militar y te das cuenta de que la gente intenta seguir una vida de lo más normal.

-De todas las rutas de su libro, ¿cuál recomendaría a alguien que solo pudiese hacer una?

-Seguramente el sudeste asiático. La tríada de países Tailandia-Laos-Camboya son muy sugerentes y, a pesar de estar pegados, tienen unas características distintas. Tailandia es la tierra de las sonrisas y realmente está muy preparado para un turismo de aventura controlado. A su lado está Laos, actualmente bajo el yugo del comunismo, con toque de queda y personas más tímidas porque en determinados lugares no pueden hablar con extranjeros y no tienes ese contacto permanente con la gente como tienes en Tailandia. Luego Camboya se está recuperando muy lentamente del régimen de los jemeres rojos, que convirtió el país en un campo de arroz gigantesco, sin apenas árboles, por lo que el paisaje es muy diferente.

-Sabe usted que da mucha envidia, ¿no?

-La envidia se suscita porque la gente recibe una imagen editada de los grandes viajes, pero para eso has tenido que pasar muchas horas de soledad, de hastío, de aburrimiento, de pensiones mugrientas, has tenido que ver muchas cucarachas y pasar unos avatares que son bastante fastidiosos, aunque son con los que te ríes cuando regresas.