«Reconozco que esta profesión sigue siendo la gran desconocida»

FIRMAS

Acaba de recibir la medalla de oro de su profesión en homenaje a su labor

09 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando Josefa Rosado llegó a Galicia, en los ochenta, aquí solo había tres terapeutas ocupacionales en ejercicio. Fueron años de lucha para lograr que su trabajo se reconociese como una diplomatura. Rosado (Arroyo de San Serván, Badajoz, 1943) fue, además, la fundadora y primera presidenta de la Asociación Profesional Gallega de Terapeutas Ocupacionales (Apgto). En reconocimiento a su labor, sus compañeros de toda España le acaban de entregar la Medalla de Oro de la Terapia Ocupacional del 2014. La primera que se da en Galicia.

-¿Por qué nos cuesta tanto a todos saber lo que hace exactamente un terapeuta ocupacional?

-Pues no lo sé. Uno de los detonantes que propició el nacimiento de la terapia ocupacional fue la Primera Guerra Mundial. Los hospitales estaban hacinados y llenos de amputados, así que los gobiernos buscaron una solución para dar salida a los enfermos y tratar, en la medida de lo posible, de que se reintegraran a su trabajo. Pero reconozco que esta profesión sigue siendo una gran desconocida.

-Será por el nombre, que parece un cruce entre el psicoanálisis y la formación para desempleados.

-Nuestra labor consiste en buscar una actividad para suplir una función perdida, tanto a nivel físico como mental. De ahí lo de «ocupacional».

-¿Cuáles son las «ocupaciones» sobre las que hacen «terapia»?

-Por ejemplo, para que un hemipléjico pueda escribir, le adiestras el otro miembro. Nosotros le damos soluciones para que recupere esa ocupación perdida. Esa y otras muchas funciones, claro. Para que pueda desnudarse, vestirse y asearse solo. O ayudamos a que un lesionado medular pueda conducir un coche. Tratamos tanto problemas neurológicos como físicos.

-Ahora está jubilada, pero durante 41 años ha trabajado en la rehabilitación física de personas. ¿Cómo llegó a esta profesión?

-No la escogí yo. Tanto mi padre como mi hermano eran médicos y fueron ellos los que me marcaron el camino. La propuesta me sonó bien porque soy de un pueblecito pequeño de Extremadura y lo que me apetecía era irme a la capital de España. Mi hermano me hizo una disertación de lo que era la terapia ocupacional y no me enteré de casi nada, ja, ja... Al principio tenías que explicar mucho lo que era esto. Ahora no tanto.

-Y encima es una carrera con una nota de corte muy alta.

-Sí, no es fácil entrar. Es gente con mucha capacidad y con un nivel de estudios altísimo. Además, salen muy preparados.

-¿Qué balance hace de su vida profesional?

-Que ha sido extraordinaria. Yo soy muy vehemente y creo que me he implicado mucho en ello, pero estoy satisfecha. He encontrado el reconocimiento de muchísima gente que he tratado.

-Usted desarrolló su labor en el Chuac y también dio clase durante diez años en la Facultad de Ciencias de la Salud.

-Sí. Mi etapa docente supuso una corriente de aire fresco en mi vida. Mis alumnos me rejuvenecieron totalmente.

-¿Qué ha supuesto para usted la concesión de esta medalla?

-No creía que me iba a gustar tanto, pero así fue. Además, es la primera vez que le dan la medalla de oro a una terapeuta ocupacional gallega, aunque sea de adopción como yo. Aproveché mi discurso de agradecimiento para hablar de todo lo que hemos luchado por la asociación y por nuestros derechos. Cuando los años te dan paz y serenidad, es emocionante recordarlo.

Josefa rosado Pedroso pionera de la terapia ocupacional en Galicia