Resignación o iniciativas que crecen auspiciadas por el valor natural

La Voz

FIRMAS

26 oct 2014 . Actualizado a las 04:00 h.

Desde asociaciones como Plabali se observa que la población asume con resignación que «o parque non sirve para nada; con el mal, pero sen el pior», afirma uno de sus portavoces, Lino Perdiz, quien matiza que el nombre del parque del Xurés ha ayudado a ubicar en el mapa turístico la comarca de la Baixa Limia, que por sí misma o por sus ayuntamientos en solitario era desconocida.

Tampoco del otro lado de la frontera, a pesar de la colaboración manifestada en diversos convenios y reuniones, se observa gran dinamismo. El parque nacional del Gerês ha sido diezmado por los incendios forestales y también del lado portugués se observa descontento, aunque al menos allí el turismo sí se ha desarrollado al calor del parque nacional, dice este conocedor de lo que se mueve al otro lado de la raia.

El envejecimiento y el abandono del rural que asola la bella comarca de la Baixa Limia tampoco anima a la participación ciudadana, aunque hay excepciones como la de la asociación vecinal de Puxedo que ha creado una ruta etnográfica para poner en valor los elementos de la cultura popular del pueblo y que ha contado con el apoyo del parque natural del Xurés.

Actividad privada

No obstante, surgen actividades privadas atraídas por las posibilidades que ofrece la sierra y por su ubicación en el parque natural. Recientemente se ha puesto en marcha en Maus de Salas la empresa Aviva, que ofrece instalaciones para los deportistas que elijan entrenar «en la Reserva de la Biosfera Transfronteriza Xurés-Gerês», a los que propone diversas opciones de entrenamiento (senderismo, mountain bike o carreras de montaña) a través de las diferentes rutas que se han creado a ambos lados de la frontera para recorrer los diferentes parajes de los parques. Óscar Roldán, su promotor, explica que han creado la empresa en la zona «porque somos de aquí, pero también porque el sitio vale la pena y porque está dentro de la Reserva de la Biosfera transfronteriza. Es un lugar atractivo, pero hay que promocionarlo».

Este empresario considera que en el parque, a nivel institucional, trabajan «muy bien, aunque tienen las manos atadas por falta de presupuesto». Tampoco hay queja entre los munícipes de la atención que da el personal de la sede del parque, donde trabajan 24 personas. El déficit lo observan en la falta de relación de los responsables superiores con ayuntamientos y vecinos.