La pontevedresa que enseñó a firmar a caboverdianas

Carmen García de Burgos PONTEVEDRA

FIRMAS

CEDIDA

Enma Teixeira participó en un programa de cooperación en el país africano

23 oct 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Parece que habla de hace mucho tiempo, pero en realidad Emma Teixeira regresó hace poco más de una semana de Cabo Verde. Justo el día antes de cumplir 38 años. Por eso, y por todas las cosas que se trajo consigo de la Cooperativa Sulada, su mes de estancia en la Câmara de Ribeira Grande do Sur bien podría haber sido un regalo.

«Tróuxenme máis do que levei», asegura Torres, que insiste en que su única aportación a las vidas de las 27 mujeres de entre 25 y 60 años que conforman la agrupación fue la de conocimientos teóricos. Ni siquiera les hace mucha falta una clase extra de refuerzo de la autestima. «Son mulleres moi intelixentes e buscavidas, e hai certas cousas que xa teñen aquí superadas, porque xa teñen sentimento de grupo», explica.

De hecho, es una de sus grandes virtudes, y una de las que estamos perdiendo a pasos agigantados en nuestra cultura, lamenta la funcionaria del Concello de Pontevedra. También la de permitir «unha educación aos rapaces non tan asistida; alí están na rúa, preto de utensilios de cociña que sempre estiveron alí na nosa infancia». «Hoxe en día estamos demasiado pendentes e protectores dos fillos, e non deixamos que estean apenas na rúa, nin ir sós a ningures», añade.

Luz, correo y un autobús

Por eso, para ellas, «o logro era poder asinar con letra, e non co dedo», apunta. Esta es una de las cosas que muchas veces se dan por hechas o por sabidas, pero que no lo son. O no deberían serlo. Otra de las enumeradas por la cooperante es, por ejemplo, la luz. O el correo. O Internet. O un autobús.

Estas carencias ayudan también a modificar radicalmente el concepto de tiempo que impera en Cabo Verde, entre otros muchos países. «Unha vez estragouse un bus e tivemos que agardar seis horas e media por outro. Aquí sería impensable; nin sequera agardar unha hora ou dúas, pero seis e media... Igual que ao médico». Bueno, aquí a este paso...», bromea.

Por eso le resultó a su vuelta tan extraño «darlle ao interruptor e acender a luz sempre e inmediatamente; ou mandar un correo no momento, cousa que alí é cuestión de horas», señala.

Pero, por encima de todo, asegura que le ha marcado la «incongruencia de como marca o feito de nacer nun sitio ou noutro; e o consumismo innecesario que temos aquí: non precisamos case nada do que temos», asevera.

De lo que va a intentar conservar aquí se queda con la vida comunitaria, al aire libre, y con la filosofía de «quitar forzas entre todas», que es precisamente lo que ha mantenido en pie y luchando a las caboverdianas que, ahora sí, pueden firmar con letra.