Cuando las denuncias políticas aparecen con años de retraso

José Manuel Rubín SIETE DÍAS, SIETE VOCES

FIRMAS

19 oct 2014 . Actualizado a las 04:00 h.

Me apetece ser positivo. Transmitir cierto optimismo presentando la botella medio llena. Esta es una frase del libro de Antonio Tabarés, exgerente del Inorde y del Parque Tecnológico, que la Diputación presentó el viernes y en el que se recopilan los 441 artículos publicados por el autor en La Voz desde el 13 de enero del 2005 al 13 de septiembre del 2013, un mes antes de su prematura muerte. Suscribo la frase como suscribo la atmósfera de afecto y de homenaje al amigo que llenó el salón de actos del Centro Cultural Marcos Valcárcel. Pero aunque el corazón empuje a la positividad y al deseo de ver luz diáfana hasta en los más oscuros recovecos de la sociedad ourensana, la tozuda realidad lo impide. Uno no puede ser positivo cuando observa que mientras el ciudadano del común lucha por sobrevivir, sus dirigentes se enzarzan en continuas peleas, con argumentos intercambiables según estén en el gobierno o en la oposición. Sirvan de ejemplo las cuitas político-judiciales que se viven en la provincia. Por si fuese poco representativo el Concello de la capital (con el equipo de gobierno pendiente de decisiones judiciales tras denuncias de la oposición y con esta desfilando ante el juez por acusaciones del equipo de gobierno), ahora se suman las principales villas. En O Carballiño el fiscal le busca a Pachi Vázquez las cosquillas por su peculiar forma de gobernar, tan baltariana, de colocar en el ayuntamiento a los amigos y después, vía decreto, dejarlos fijos de por vida. El PSOE salió al contraataque para pedirle al fiscal que investigue las 35 contrataciones que hizo el PP desde el 2011. En O Barco, el PP llevó ante el juez al alcalde del PSOE, por presunta prevaricación en los servicios de la ORA y de la limpieza y esta semana le remitieron a su señoría ¡2.648! advertencias de los técnicos del Concello hechas al regidor desde el 2003.

Algún día los políticos tendrán que cambiar el chip. Tendrán que reconocer los éxitos de los rivales y perseguir y denunciar los errores y las deshonestidades en el momento en el que se produce y no, como es el caso de Ourense, O Carballiño y O Barco, años después de producirse y, además, coincidiendo con una inmediata contienda electoral. Este tipo de política basura destinada a la destrucción y a expandir mierda (con perdón) por doquier, es la que aleja a los políticos que la practican (que son mayoría, aunque no todos) del respeto del ciudadano.

La frase «Al señor Alejandro se le puede llamar señor pero me parece un irresponsable y un títere». Quien así habló fue Borja Yebra, exjugador y excapitán del exequipo CD Ourense. Se refería a Alejandro Estévez, el expresidente y enterrador del club. Cuando la plantilla llevaba meses sin cobrar se manifestó delante del negocio del exdirigente y éste, en lugar de pagarles lo que les adeudaba, los denunció por coacciones. Para poner la guinda a su nefasta gestión y a su nulo interés por la entidad y por sus trabajadores, Alejandro Estévez esperó al día de la vista oral del juicio, el pasado lunes, para retirar una denuncia que sabía fracasaría en sede judicial.

Fue la última judiada del títere de Club Deportivo Ourense.