«El "leitmotiv" de mi próxima novela es esa línea roja que todos tenemos»

Elena Larriba García
Elena Larriba PONTEVEDRA / LA VOZ

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Manel Loureiro rodeado de sus libros, y una máscara de gas alemana que tiene en su despacho.
Manel Loureiro rodeado de sus libros, y una máscara de gas alemana que tiene en su despacho. capotillo< / span>

El exitoso escritor pontevedrés Manel Loureiro nos abre las puertas de su santuario creativo

05 oct 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Apocalipsis Z sigue su cruzada por el mundo con una nueva edición en coreano. Y el trasatlántico de El Último pasajero, editado en España y Sudamérica, navega rumbo a su próximo lanzamiento en Polonia, Estados Unidos, Inglaterra y Canadá. Manel Loureiro (Pontevedra, 1975) sigue viviendo su sueño americano, después de ser recibido este verano como una estrella en la Book Expo América, en pleno Manhattan. Está escribiendo su cuarta novela, que se publicará en el 2015. Y ha cambiado su antiguo despacho de abogado por un luminoso loft de escritor, rodeado de libros y otros tesoros, incluida la que llama su egoteca, donde se acumulan ejemplares de todas las ediciones de sus novelas.

-Así que este es el santuario en el que se encierra a escribir.

-Pasa. El despacho de escritor es una cosa muy rara. Es una mezcla entre biblioteca, zona de relax y museo de cachivaches que vas acumulando de los viajes, cosas que compras y te regalan. Para escribir lo único que necesito es tranquilidad. Antes, me encerraba en mi casa de Cotobade, pero no tenía tanto espacio. Soy un acaparador, una especie de Diógenes de libros y aquí hay cinco mil volúmenes. En esa estantería están los que tengo pendientes de leer y me abruma porque siguen llegando y me muero de ganas por leerlos todos. Esos son dioramas de mis novelas que me regalan mis lectores. Y esas son antigüedades: una máscara de gas alemana de la Primera Guerra Mundial, un casco inglés de la Segunda, unos casquillos de bala del escenario de un crimen... Esta es una pequeña pieza de la caja de cambios del Mercedes de Hamilton, del Gran Premio de Mónaco. Y esa dentadura con esos dientes espantosos me la hizo, utilizando mi boca como molde, una de las maquilladoras de la serie Walking Dead.

-¿Dónde esta la egoteca?

-Aquí la tienes. Es ese trocito que tenemos todos los escritores, donde vamos colocando ordenadamente los ejemplares de las distintas ediciones internacionales de nuestras novelas, en distintos idiomas, con distintas tapas... Cuando estas escribiendo y te sientes un poco bajo, que pasa mucho, no viene mal girar la cabeza para darte una inyección de moral. En plan ?tan mal, tan mal, a lo mejor no lo estás haciendo?.

-¿Qué nos puede adelantar de su próxima novela?

-Es una historia que fue como un puñetazo. Se me ocurrió cuando iba conduciendo y tuve que parar. ¿Ves esa libreta? La llevaba en el coche y ahí tomé las notas de lo que me vino a la cabeza en ese momento, el germen de lo que estoy haciendo ahora.

-¿Thriller o terror?

-No tiene nada que ver con zombis, ni con El ultimo pasajero. No es una novela romántica, ni erótica, ni histórica. Que, por cierto, me encantaría escribir una novela histórica, pero es muy difícil. Requeriría tres años de mi vida, porque hay que documentarte muy bien, si no corres el riesgo de hacer un chichinabo, coger una historia actual y plantarla en el siglo XII.

-¿Ya tiene título? ¿Cuándo se publicará? ¿Cuál es el tema?

-Tiene intriga, misterio y emoción. El leitmotiv es la línea roja que todos tenemos. Saldrá en la primera mitad del 2015 y la editará Planeta.

-¿Intenta evitar que le encasillen en un género?

-Los géneros se están desdibujando y cada vez más fundidos. En todo, en cine, televisión, en literatura, la fantasía se funde con la novela histórica, con el thriller, el drama, incluso con la comedia. Yo soy un cuentista, cuento cuentos. Y eso de encasillarse tenía sentido en los años sesenta, cuando los géneros eran cajones compartimentados. Si Ken Follett, por ejemplo, se hubiera quedado encasillado en las novelas de espías, nos hubiéramos perdido Los Pilares de la Tierra y todo lo que vino después.

-El éxito editorial no es fácil. ¿Cómo se han alineado los astros para que todo le fuera tan bien?

-Escribir una buena historia es fácil y talento hay a paladas. En esta ciudad seguro que hay decenas de personas que escriben mejor que yo. Lo que pasa es que no lo saben. No basta el talento, tienes que currártelo. Después está lo que llamo el factor Forrest Gump, que es estar en el lugar y en el momento indicado, en las circunstancias justas. Y la suerte y el azar son imprescindibles. El modelo digital convulsionó el mercado. Antes era un modelo vertical en el que tú leías lo que los editores estimaban que era bueno. Y de repente, con Internet, llega el modelo horizontal, donde un montón de gente dice que esto o aquello es buenísimo, y los editores van a hacer lo que lea todo el mundo. Ahora es más fácil para alguien que empieza, si es bueno de verdad, generar el suficiente ruido para que se fijen en él. Pero ¡ojo! el digital sigue siendo una porción muy pequeña con respecto al papel. Y cada vez hay más ruido en Internet y es más difícil distinguir quién es un auténtico Paganini.

-¿Se ha sentido en algún momento sobrepasado por el éxito?

-Todos los días. Hace siete años yo era un abogadito con una vida normal y corriente. Miro atrás y me doy cuenta de lo que ha cambiado mi vida. Viajo por todo el mundo, tengo lectores en todo el planeta. Es tan abrumador que yo tenía miedo, porque corres el riego de convertirte en un cretino, en un gilipollas y un soberbio, Pues no. Eres el mismo idiota de antes y te sigues levantando.

-¿Cómo se vive ese éxito desde una ciudad pequeña?

-Muchos me preguntan porqué no me he ido a vivir a Madrid o Barcelona. Pero si estoy a una hora de avión para cualquier cosa que tenga que hacer en esas ciudades. En Pontevedra tengo mis amigos y mi familia y vivir aquí me sirve para mantener la cordura y seguir siendo una persona normal. Porque sí que conozco a gente que ha perdido la brújula. No te puedes olvidar de que lo que haces es contar cuentos y, a lo mejor, un día ya no le interesan a nadie y tienes que volver a lo de antes. Yo me volvería a poner la toga de abogado. No quiero hacerlo porque soy muy feliz escribiendo, pero no hay que perder la perspectiva.

-¿Pontevedra es un buen escenario novelesco? ¿Estará también en su próxima novela?

-De alguna manera, siempre está. Pontevedra, y Galicia en general, no solo es un escenario fantástico, sino que puede acabar transformándose en un personaje. Yo soy muy seriéfilo. ¿Te acuerdas de Twin Peaks?, ¿Quién mató a Laura Palmer?, Doctor en Alaska, o la isla de Perdidos. Son escenarios que acaban siendo personajes mudos de la historia. Una escena en un descampado madrileño tiene carga emocional, pero si transcurre en una carretera serpenteante, que se adentra en un bosque, cayendo la noche, con bruma y llovizna, es brutal.

-¿Habrá por fin película de Apocalipsis?

-Esta en fase de preproducción, un concepto arcano para mí. Si sale estupendo. Pero mi trabajo es escribir libros, no hacer películas. El cine español está pasando un momento complicado y cuando vendí los derechos coincidió con la tormenta perfecta: caída de ingresos en taquilla, eliminación de subvenciones... El sector se colapsó y quedaron cuatro colgados de la brocha.

manel loureiro autor de la TRilogía «Apocalipsi Z» y «El Último pasajero»

«Todos los escritores tenemos una egoteca, para mirar en los momentos bajos»

«La idea de la nueva novela se me ocurrió cuando iba conduciendo y paré para anotarla»

«Pontevedra y Galicia en general es un escenario novelesco fantástico»