«No sé por qué, yo cantaba todo lo que oían mis padres al estilo ?soul?»

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

FIRMAS

Oscar Vazquez

La cantante presenta esta semana un documental sobre el coro que dirige

29 sep 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Wöyza nació hace doce años, tras una larga gestación iniciada cuando, con dos meses, comenzó a entonar. «Es algo que ha estado siempre en mi vida, como una pierna o un brazo», advierte Sofía Trigo, el lado blanco de la cantante negra. La conexión entre ambas se estableció jugando con el alfabeto fenicio.

Si en vez de nacer en Moaña -aunque con año y medio se trasladó a la calle Hispanidad- Wöyza naciese en Los Ángeles o en Chicago, viviría sin problemas de la canción, siempre con el soul como bandera. «Siempre me gustó la música negra, aunque cantaba lo que escuchaban mis padres, siempre lo transformaba», recuerda. «Si ellos escuchaban a Ana Belén y Víctor Manuel, yo lo cantaba al estilo soul; no sé por qué razón, de hecho, mi primera cinta de casete fue, con seis años, de Olé Olé, cantando Marta Sánchez, que era lo más parecido a lo que yo quería y que yo podía tener acceso», añade.

Pero, no. Es viguesa y le cuesta un mundo pagar las facturas, a pesar de toda la calidad que atesora. «Yo voy a Portugal y veo que allí pagan quince euros por ver a un artista de la propia ciudad, mientras que aquí cuesta que la gente pague una entrada, y eso es una desvalorización de la cultura», denuncia Wöyza. «Si tienes un buen espectáculo, auténtico y en el que se pase bien es normal que la gente sepa lo que vale, sin embargo, a veces, preparas un evento y ya te están llamando para que les consigas una entrada gratuitamente», afirma, amargamente. «Al final, no ganas dinero haciendo las cosas, y aún te dicen después, ¡qué bien te va, cuánto estás triunfando!», insiste.

Pero por encima de las malas rachas, Wöyza exhibe orgullo y autoestima, y anima a quien la escucha a ejercerlo, dice que a lo mejor es porque procede de la escena del hip hop. Y ese mismo orgullo lo traslada a su ciudad. «Hasta me molesta cuando viene alguien diciendome que Vigo es muy gris, ¡pero si eso es un encanto! es bonita y la gente, muy acogedora; ¡estoy tan orgullosa de Vigo, que ni me quiero ir, y cuando vuelvo me encanta!», dice casi rapeando la cantante.

Y otro motivo para que Wöyza se sienta orgullosa es la creación y desarrollo del coro V-GO Negro, una idea que le rondaba la cabeza desde hacía bastantes años. «Cuando volví a Vigo, tuve la necesidad de hacer algo más allá de lo que había hecho siempre, que era actuar en directo con un dillei; me apetecía hacer algo con más gente, compartir y formar en este estilo de música, conocer a más gente que le gustase lo mismo que a mí, y llevándolo de una manera profesional. Me apetecía dirigir un proyecto diferente, fuera del hip hop», afirma. Y un buen puñado de voces femeninas y masculinas respondieron a su llamada para orgullo de cualquier oído.

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