Un violín gallego en el Mediterráneo

Xesús Fraga
xesús fraga REDACCIÓN / LA VOZ

FIRMAS

Antonio Seijo emprende una gira muy especial: a bordo de un crucero

16 sep 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Venecia, Corfú, Malta, Dubrovnik... Son algunas de las escalas de la gira del violinista Antonio Seijo (Avilés, 1967). Pero el músico no actúa en teatros o auditorios de estos lugares, sino que lo hace en el trayecto. La gira de Seijo se lleva a cabo en el propio medio de transporte, el crucero que recorre el Mediterráneo. El intérprete, con una sólida formación clásica -ha colaborado con varias orquestas sinfónicas y desde 1997 pertenece al cuerpo de docentes de música de la Xunta- y la experiencia que le ha dado su paso por Milladoiro entre 1992 y 1998, ofrece a los pasajeros un espectáculo audiovisual en el que el protagonismo del violín se apoya sobre proyecciones que complementan los temas. «Si interpreto el tema Skyfall, de Adele, proyectamos imágenes de la película de James Bond, igual que las de Audrey Hepburn en Desayuno con diamantes con Moon River», explica Seijo. Ahora que se ha enrolado con los cruceros Croisières de France, el repertorio galo manda: La Vie en Rose es uno de los de mayor éxito.

Los temas gallegos estuvieron precisamente en su primer contacto con el mundo de la música en los cruceros. En el 2010 Seijo aceptó una propuesta para actuar en los viajes de la iniciativa Embárcate con Vigo, donde alternaba grandes clásicos internacionales como My Way con Os teus ollos o A Rianxeira. De ahí pasó a Iberocruceros, luego a Pullmantur y ahora es guest entertainer en las expediciones de Croisières de France. Viajes anteriores ya lo han llevado al Báltico, por ejemplo, en una salida de veinte días con paradas en San Petersburgo, Tallin o Copenhague. Destinos que Seijo visita, al igual que los demás cruceristas: «Mi puesto de guest entertainer me permite hacer turismo, como ellos, porque mi trabajo empieza cuando el barco zarpa».

La experiencia está resultado de lo más satisfactoria para el intérprete, y no solo por los destinos, sino por motivos puramente musicales. «El público es muy respetuoso. Te escucha con atención, no habla en alto... hay, por lo general, un nivel cultural alto y eso se nota: no hay mucha diferencia con una sala de conciertos», detalla Seijo.

Orquesta de cámara Arcos

Ya con los pies en tierra firme, el músico prosigue con su actividad itinerante. Seijo compagina su trabajo docente con la dirección de la orquesta de cámara Arcos, con la que prepara una gira por auditorios y otros recintos de conciertos de Galicia. Una parte del repertorio reproducirá las puestas en escena audiovisual de las canciones que interpreta a bordo del crucero, para lo que además cuenta con un cuerpo de ballet. Y, como adapta en cierta medida la elección de canciones a su público, habrá también una presencia importante de música gallega. De esta forma, se podrán alternar clásicos tradicionales como O Galopín o Canto de berce, además de las ya mencionada Rianxeira, con populares bandas sonoras como La misión o Cinema paradiso, ambas de Ennio Morricone, a quien Seijo rinde homenaje con estas interpretaciones.

Uno de los objetivos de esa gira gallega es acercar la música al mayor número posible de aficionados, un empeño que entronca con la labor docente de Seijo, que ejerce en el conservatorio Manuel Quiroga de Pontevedra. El violinista no esconde su talante crítico y le gustaría que se produjesen ciertos cambios en el enfoque de la enseñanza musical. «Especialmente, que los profesores sean intérpretes en activo, que estén al día en su profesión. Y que además de ser buenos músicos, transmitan el amor por este arte», reclama.