«Somos más un museo que una tienda de recuerdos de Santiago»

María Segade / J.C. SANTIAGO / LA VOZ

FIRMAS

ESTRELA ALONSO

Un nuevo local ubicado en la Casa do Deán se suma a los dos del templo

20 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Laietana de llibreteria, la empresa gestora de Las tiendas de la Catedral, es catalana pero no por ello trata con menos mimo los recuerdos de Santiago. La ganadora del concurso comercial lleva además los recuerdos del Parque Güell, la Sagrada Familia o las tiendas de la Alhambra de Granada. Desde este pedacito del sur envió en mayo del 2013 a Nacho Jiménez para ponerse al frente de las tres tiendas catedralicias: la del Pórtico Real, la ubicada en la parte superior de la escalinata del Obradoiro y la que abrieron en la Casa do Deán. Y no le debe de estar yendo mal, ya que el «granaíno» espera quedarse aquí al menos hasta el próximo año santo, en el 2021.

-¿Cuál fue la clave para ganar el concurso de las tiendas de la Catedral?

-Nuestro proyecto era la modernización del recuerdo de Santiago. En nuestras tiendas no se encuentra lo mismo que en el resto de las de la Rúa do Vilar. Claramente tenemos el llaverito o la concha que vienen de China, pero el 80 % de nuestros productos son de diseño propio. Además damos trabajo a artesanos gallegos como el luthier Xaime Rivas, que nos hizo las zanfoñas, o Inmaculada Souto, que labró en piedra los instrumentos del Pórtico y que ahora nosotros comercializamos. Somos una empresa de fuera pero no una intrusa.

-¿En qué se inspiran?

-Nuestra filosofía es mimetizarnos con la institución que representamos. No somos Laietana, somos las tiendas de la Catedral de Santiago. Para hacer esta labor camaleónica nos documentamos previamente sobre el patrimonio gráfico de la Catedral y elegimos los elementos más representativos. Así creamos las colecciones del breviario de Miranda, el Códice Calixtino y el rosetón de la antigua fachada medieval. Luego también recurrimos al típico botafumeiro, el Pórtico, el Camino...

-¿Todos los diseños son susceptibles de imprimirse en cualquier producto?

-Intentamos darle coherencia. Por ejemplo, los bordes florales del breviario de Miranda nos parecieron muy femeninos por lo que los plasmamos en gamuzas, joyería, fulares o abanicos, que pirran a las japonesas. Con las páginas del Códice Calixtino hemos estampado un set de pluma y tintero.

-¿Algún proyecto fue censurado?

-La Fundación Catedral de Santiago nos dio mucha libertad y estamos comercializando todos los proyectos del dosier.

-¿Les copian el resto de tiendas?

-Directamente no, pero hace unos meses vino una chica asiática fotografiándolo todo que nos dio mala espina. Es difícil que nos copien cuando el resto trabaja con proveedores y nosotros con un equipo de diseño.

-¿Cómo son sus clientes?

-De todo tipo. En verano vienen más peregrinos y turistas, pero la gente de Santiago también nos compra. Hemos creado un referente para los vecinos santiagueses que quieren sorprender a un amigo con un regalo de su ciudad o darse un capricho. Especialmente de la tienda de la Casa do deán, más cercana a la calle al estar fuera de la Catedral.

-¿Hay algo que nunca se haya vendido?

-La verdad es que vendemos de todo. De las tallas de piedra de los músicos del Pórtico, que las teníamos más bien de decoración, llevamos despachadas cuatro. El otro día nos llevaron un cuadro de una postal ampliada y un dentista compró la zanfoña del escaparate por 5.000 euros.

nacho jiménez director de las tiendas de la catedral

«El diseño de nuestros recuerdos pone en valor el patrimonio de la Catedral»