Artistas de una generación dilatada

Tareixa Taboada OURENSE / LA VOZ

FIRMAS

MIGUEL VILLAR

Los fondos de la colección municipal están en la sala Valente

21 jul 2014 . Actualizado a las 06:00 h.

«Si yo pinto mi perro exactamente como es, tendré dos perros pero no una obra de arte» Goethe.

Reunidos bajo el título Os Nosos Fondos, el Museo Municipal, expone en el Centro J. Valente parte de la colección municipal del Ayuntamiento de fondos donados por los artistas o comprados para la ciudad de Ourense.

La colección presenta veinticinco piezas de las mil ciento ochenta y dos situadas en su mayoría en los almacenes del Museo, obras de artistas de reconocido prestigio en una extensa generación de creadores agrupados en dilatadas cronologías.

En esta muestra, que aúna pintura y escultura, están representadas con obras de gran calidad muchos de los artistas gallegos más conocidos, puede admirarse la delicadeza y armonía que transmite la obra Músicos del emblemático escultor Arturo Baltar con una línea sublime en la que el volumen reproduce con aparente sencillez dulzura, ternura y envolvente musicalidad con exquisita sensibilidad.

Especialmente cautivadora es la obra es Bordadora de Acisclo Manzano, por la potencia expresiva de la talla en madera de nogal, que alrededor de su bulto redondo subraya la mano de corte expresionista y monumental y un rostro que se asoma sobre las texturas generadas en la pieza a través de los contrastes de volúmenes, luces y altura, incisiones y partes pulimentadas o lisas.

En su realismo mágico y genial de los hipertrofiados animales de Paco Pestana está representado en una pieza imaginativa e irónica desde su insólita policefalia. Irónica y curiosa parece un animal misterioso encerrado en su cuerpo de madera.

Con un violento escorzo de colosal complexión, titánica y morbosa obesidad, observa el hombre bajo sus pliegues de piel y carne en una escultura de Conde en fibra de vidrio.

La Serea de Buciños exhibe la belleza de sus formas tras un corazón de granito y bronce y se enfrenta a una sibila de Xosé Cid textúrica y esbelta en sus líneas, incisiones y cicatrices de femenina belleza y una talla de madera de Ignacio Basallo completa la muestra de escultura.

Una enorme y conocida obra de Xaime Quessada A miña casa reina en la exposición adentrando al espectador en la semioscuridad de una escena de interior en la que el genio Quessada introduce en la realidad falseada de su mágica imaginación y desmesurado talento.

La silueta que representa Alexandro se recorta ingrávido sobre un fondo neutro y lluvioso. Su pincelada agresiva gestual y firme firma obras de rotunda expresividad, violencia conceptual y destreza plástica con un estilo superior, único y personal y una capacidad artística extraordinaria.

Quesada, Vello o Vidal Souto

En un soberbio retrato de un rostro femenino se reconoce la pincelada imponente de Vidal Souto a través de sus líneas envolventes de gran ternura, mágico realismo, hipersensibilidad y vitalismo, pasión y fuerza expresiva y expansiva en sus obras de crecimiento vegetal indómito. Una menina cubista de Moncho Borrajo se recorta en los planos de color atravesada por líneas que como accidentes de un paisaje, refuerzan la intensidad de su mirada inquisitiva y abisal.

Lembranzas de Antonio Quesada de la ciudad de las Burgas que se eleva sobre los muros insondables y defensivos de la Catedral y un puente que mantiene la mentira de su nombre.

Dos magníficos abstractos. El primero Composición en rosas del polifacético y comprometido artista Carlos Vello en el que las masas cromáticas definen los espacios como elementos formales y constructivos. Una técnica mixta sobre tabla del escultor Xurxo Oro Claro constituye una pintura de gran rigor y vigor expresivo desde una organización abstracta y mental.

Una redonda y románica maternidad de Laxeiro se presenta desde su vitalismo galaico y temperamental contrasta con el hedonismo costumbrista y personal de Virxilio.

Os milagres de Don Ramón de 1976 se eleva como retrato de la intelectualidad de la época desde la irónica pincelada de Conde Corbal. El cezanniano baño de Prego de Oliver, entre otros, completan esta parte de la colección.

crítica de arte