No está nada claro, de momento, en qué fecha podrá iniciarse otra de las actuaciones cruciales del mandato en Vilagarcía, en este caso a cargo del plan de inversiones de la Diputación: la remodelación del parque de A Xunqueira. Uno de los factores que están demorando la contratación de los trabajos obedece al elevado número de empresas que optan a hacerse con ellos. Alrededor de cuarenta, tal y como el alcalde, Tomás Fole, comprobó hace unos días en su última visita a la sede de la institución provincial. Teniendo en cuenta que la Xunta tardó nueve meses en decidirse entre una treintena de firmas a la hora de adjudicar la canalización del río que cruza un garaje, se comprenderá que el estudio de las ofertas lleve su tiempo.
Al hilo de esta situación, surge un segundo interrogante: ¿podría coincidir el arranque de las obras con las fiestas de San Roque? De ser así, el regidor vilagarciano se mostró dispuesto a valorar un traslado de los conciertos gratuitos, que acostumbran a celebrarse en A Xunqueira.
Ramón y Cajal esperará
Si en el parque de A Xunqueira los plazos no están claros, en la calle Ramón y Cajal, recién peatonalizada esta semana, no cabe ni siquiera hablar de ellos. Una cosa es cerrar el espacio al tráfico, que es lo que se ha llevado a cabo en el segundo tramo de la vía, y otra distinta remodelarlo y humanizarlo. El regidor conservador, que compareció en compañía de la concejala de Vías, Obras e Infraestruturas, Ana Granja, quiso dejar bien claro que ni en el plan provincial del año en curso ni en el programa de inversiones propias del Concello existe consignación económica suficiente para acometer esta actuación. Ramón y Cajal tendrá que esperar.
Fole no descartó por completo que la humanización del tramo final de la calle sea incluida en las previsiones del próximo ejercicio. Pero tampoco dejó de subrayar que, en estos momentos, las prioridades apuntan a la reparación del maltrecho asfaltado de tantos y tantos viales.